22 mayo 2010 | By: URAPlay

Black Blood Cap 1

Allí estaba, tumbado, esperando algo. No sabía lo que esperaba, le traía sin cuidado. ¿Suerte? Seguía vivo... ¿Por qué? ¿Sólo él? ¿Acaso no había quedado nadie más vivo sobre la faz de la tierra? Tenía demasiadas preguntas, estaba demasiado triste, no quería pensar, solo vivir como un autómata. 10 días. Hace 11 días lo tenía todo, su título, su trabajo, su casa, su familia, su novia. Lo tenía todo, 27 años de esfuerzo borrados de un soplo. Se levantó, se asomó a la ventana a ver el nuevo día... Y el cielo era de un verde oscuro acojonante. El aire olía mal, la temperatura era demasiado fría para esa época del año, sin un sonido en la calle... Escuchó, miro a un lado y a otro, siguió escuchando... Lloros, gritos de miedo, llamadas de socorro, más gritos, angustiantes todos ellos... Cerró la ventana, se miró al espejo. Sudaba como nunca, un sudor frío, el estomago cerrado. ¿Qué había pasado?


Recuerda los problemas que tuvo para vestirse, lo poco que dudo al coger su pistola, "eso" que de daba cierta seguridad en una ciudad como esa y lo rápido que llegó a casa de su novia. Llamó al timbre una y otra vez, asustado. Pensaba en tirar la puerta abajo... Y se abrió. La vio, con los ojos inyectados en sangre, con espuma, llena de arañazos que quizás ella misma se había hecho. Dio un paso atrás, incapaz de creer lo que veía. Su novia, o lo que era su novia, gritó y se abalanzó hacia él. Ni lo dudó, le disparó. Su novia lo miró, una mirada fría, ni siquiera lo había reconocido. Cayó poco a poco, mirando a los ojos a aquel que el había perforado el cráneo. Ahí murió, sin un grito. Él la había matado, y lloraba por eso. ¿Y si era una broma? Lloraba mientras corría a casa de sus padres, pensando mil y una cosas. Tenía tantas preguntas, tantos miedos, tanta ansiedad acumulada en su cuerpo, tanta adrenalina corriendo por sus venas que le costó parar al ver lo que tenía delante de él. Tenía delante de él mismo más personas, por llamarlas de alguna manera. Lo vieron y fueron a por él, aullando como lobos, insultándolo, provocándole. Corrió por donde había venido, y paró en seco. Algo muy rápido iba hacia él, pitándole. Se apartó un par de segundos antes de que el coche lo atropellara, se giró y vio como cargó contra ese grupo de cosas. El coche paró, salió un hombre bajito con un machete y les cortó el cuello a todos. Se miraron un instante, y respiraron con tranquilidad. Sin ninguna palabra por medio, corrió hacia ese hombre, subieron al coche y siguieron calle abajo.


Se contaron lo que habían visto y sentido cada uno, compartieron penas, dudas y preguntas. Se sintió más reconfortado de no verse solo, y empezaron a elaborar teorías. ¿Zombis? No están muertos, ni comen cerebros, ni se mueven despacio. Quedaron en llamarlos monstruitos, por lo menos se reían de ellos, que ya era algo en la nada más absoluta. Pensaron en un escape radiactivo de cualquier cosa secreta, quizás un virus, un arma biológica, o nuclear, o un experimento en una zona. Daba igual, su plan consistía en ir a por armas, munición, comida y no parar. Gasolina, comida, viaje y dormir. Dos días así, atropellando a cualquier ser que se pusiera por delante. Hasta que pasó, esos seres no eran estúpidos a pesar de ser monstruos que mataban a todo lo que tenían delante, incluso se mataban entre ellos mismos. Sabían usar armas, el mismo lo comprobó al ver como le volaban la cabeza a su compañero en medio de unas risas cansadas. Corrió al coche, se subió, lo arrancó y se fue. Había sido un cobarde, pensaba, quizás lo mejor era matar a todo lo que pudiera antes que lo mataran... O esperar.


Seguía esperando, tumbado, viendo el verde del cielo... Echaba de menos el sol, poder dormir tranquilo, en una cama, compañía, su novia, su familia. Todo se había ido a la mierda. Seguía mirando el cielo cuando lo escuchó. Un coche, se acercaba un coche, o una furgoneta, que más daba. Escondió el suyo, lleno de comida, armas y munición, subió a un árbol armado hasta los dientes y esperó. Era una furgoneta, que paró al lado de su coche. Pasaron unos pocos minutos y empezaba a estar incomodo en ese árbol, no era muy grande, pero lo escondía... Se abrió una puerta lateral y asomaron dos escopetas y una metralleta. Joder, le subían las pulsaciones, le iba a dar algo. Asomó un poco más la cabeza y vio una pierna, pero su mala suerte hizo que la rama se rompiera y cayera al suelo. El ruido asustó a los de la furgoneta, que empezaron a dispararle. Le dieron en una pierna, hasta que se oyó un "alto" bien claro de alguna chica. Bajó de la furgoneta, le apuntó y lo miró a los ojos. Respiró aliviada, sonrió y llamó a sus compañeros. Ellos reían alegres, contentos de haber encontrado a otro "perdido", y más sano que los 3 últimos.


-Si una puta bala en una pierna es estar sano, me compadezco de los otros 3 - les dijo en un tono casi tan alegre como sarcástico como el de ellos.

-Están muertos, puedes alegrarte cateto.


Lo subieron a la furgoneta, le quitaron las balas "sin anestesia, como un campeón" le dijo la chica, le vendaron y le dieron agua y dos magdalenas. Era la mejor comida en días, comer con compañía era un placer, jamás lo había pensado. La chica se llamaba Carol, el de la metralleta, un negro alto y fuerte de origen cubano, se llamaba Joe Blanquito (orgulloso estaba de ser como era y tener ese apellido, no sabía por qué). Albert el conductor,  Leo y Shandy, gemelas, las que llevaban las escopetas. Le contaron lo que habían vivido cada uno, como se habían encontrado. Le preguntaron su nombre y que pasó.


- Me llamo Will, Will Black y... - les contó su historia. La muerte de su novia, la de su compañero, como había sobrevivido una semana solo hasta que se encontraron y le dispararon.

Cuando terminó de contarlo, llegaron al refugio de ellos... Un bloque, una antigua fabrica de gruesas paredes y mala iluminación. Quizás un sitio donde poder sobrevivir hasta... No tenían ni idea, pero era mejor estar juntos que solos...

1 comentarios:

Denebola dijo...

Salvo alguna que otra falta de ortografía garrafal (lo siento, son demasido evidentes), genial y muy rápida.
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Espero segunda entrega.
Pero ya.