16 junio 2017 | By: Denebola

Clichés y cantar

Las rubias son tontas.
Los hombres con el pie grande la tienen grande.
Los gordos son más felices.
A las mujeres nos gusta discutir.
Los de ciencias son más listos.
Los bisexuales son heterosexuales salidos.

Estoy tan, tan, tan harta...
Siempre me ha jodido, y cuando digo jodido es JODIDO, que machacaran a los que no podían valerse por sí mismos o los más débiles... Y cuando digo siempre, es siempre.
Recuerdo echarle una bronca de tres pares de cojones a un compañero de guardería por quitarle unas piedras del patio a una niña a la que apenas conocía, tan enferma, que sólo contaba piedras mientras los demás aprendíamos a sumar dentro de clase.
O ladrarle a un compañero de clase por reírse de una amiga que no podía traer desayuno.
O defender al bicho de mi hermana, indefendible de cualquier modo que pudiera mirarse, frente a otro bicho aún peor.
O plantarme frente a toda mi clase y llamarlas cabrones superficiales por hacerle el vacío a una compañera con una enfermedad degenerativa.
Y podría continuar.
Porque ejemplos como ésos, tengo a patadas.
No pretendo echarme flores, eso me da igual, pertenece a mi pasado y a algo que hice y elegí defender libremente (alguna vez que otra, esa actitud me trajo algún que otro castigo, colleja, sopapo o grito).
Lo que pretendo poner de relieve era que... Yo era la empollona.
A la que supuestamente no le importaba nadie más que yo.
Nein.
Error.
Para desgracia de mis profesores, no fui una niña normal.
Nunca lo he sido.
Lo que no me importaban eran mis notas.
Me importaban mis compañeros.
Las personas.
Y por eso, mis profesores se hacían cruces de por qué me llevaba bien con los alumnos más mediocres, de por qué los repetidores no me jodían, sino que se reían conmigo, de por qué los que realmente me odiaban y trataban de joderme eran los que sacaban buenas notas.
Bueno...
No deja de ser una extensión de lo que me sigue sucediendo, aún a estas alturas.
A lo que quiero llegar es...
¿Era inevitable?
Porque Dios, el karma, como coño quieran llamarlo, pero sobre todo mi madre y mis amigas me lo habían señalado. Una, y otra...Y otra... Y otra...
Y yo que soy maña, y tan... tan... tan... tan... cabezona...

No me preocupa el karma o el destino, la verdad.
Lo que realmente me pregunto es... ¿Sabría yo misma que no tenía la madurez suficiente para hacer lo que ahora sí quiero hacer?

Maldito Terminator... Jodido Marty Mc Fly...
Fijo que hablaron antes con mis amigas.
Coño.... CHIVATAS.
Como dicen Three days grace, I can't scape myself...
Y yo sí que me doy miedo...



09 junio 2017 | By: Denebola

Fear of the dark?

Ha pasado mucho, muchísimo tiempo desde que he escrito.
Y mi vida ha dado muchos giros, unos agradables, otros francamente desagradables.
Bueno, han pasado dos años desde mi último post, al menos desde el último que he dejado 'vivo', así que es de esperar, supongo.
En este año y medio, o dos, he aprendido muchas cosas.
Sería de necios no aprender de lo que la vida te pone por delante.
No ha sido agradable, he de ser sincera.
Mis últimos años no lo han sido.
En absoluto.
Ser mujer y con una fuerte carga de formación a la espalda en estos días que corren son lo peor que le puede pasar a alguien que busca empleo. Exponencialmente peor, si en la casilla de sexo han de marcar 'Femenino'.
Sí, qué ironía, da igual qué formación política haya en el poder, ser mujer y lista no parece ser algo que la sociedad empresarial desee tener entre sus activos. Y perdonen mi arrogancia a la hora de calificarme como 'lista', pero es la deducción lógica cuando en todas, absolutamente todas las entrevistas de trabajo a las que asistes, da igual el puesto, te indican que estás... SOBRECUALIFICADA.!!!???
Oh, por dios, maldita sociedad machista, donde los "altos cargos" empresariales (que en el mundo económico es algo tan insignificante como ser jefe de facturación... Déjenme poner los ojos en blanco, por favor) ven a una mujer con un máster más que ellos y echan a temblar.
No sería la primera vez que, tras recibir la más absoluta bendición por parte del jefe de recursos humanos, recibo un mail "dándome las gracias por participar" y, casualmente ese familiar que te ha recomendado y que es íntimo amigo de tu "potencial futuro jefe", te informa de que el CV lo ha acojonado tanto que ha visto peligrar su puesto y por eso te han dado la patada... ¿Y qué coño ha tenido que hacer ese "jefe hombre" para estar ahí?
¿Lo habría hecho el jefe de recursos humanos si mi nombre hubiera sido Alberto?
Ya se lo digo yo: Nein.
Comprenderán, en este contexto, que acabase hasta los mismísimos ovarios, ¿no?
Por eso me metí en otro mítico DeneBerenjenal.
No voy a entrar en detalles, pero elegí un berenjenal donde, al menos, mi formación fuese valorada.
Bien, pues me encontré con otra serie de hijos de su bendita madre, de jetas, de cabrones... Y he seguido haciendo mala sangre. MUY mala sangre... Sólo que esta vía tiene implicaciones más profundas en las que no voy a entrar.
Mi indignación ha alcanzado cotas... No estratosféricas, sino astrales. Igual que mis ganas de estrangular... Y de llorar de impotencia.
Llegué a preguntarme si no habría metido la pata hasta la más infinita arena movediza...
Pero entonces, los conocí.
Ella me enseñó el poder de la palabra, de la compasión, de la presencia, de la empatía... De una mísera sonrisa.
Él me enseñó muchas, muchísimas cosas más...
Él me dio una bofetada.
O varias.
Y yo a él.
Y sobre todo, me enseñó a sobrevivir en medio de un nido de víboras como nunca había presenciado, a pesar de mi edad. De mi formación. De mi sexo.
Y lo odié.
Ya no.
"Y espérate."
No, realmente fui una ingenua al pensar que lo había visto todo.
Y no, gracias a ellos... No tengo a miedo a la oscuridad.