30 junio 2018 | By: Denebola

Hable usted, oiga

Hablar está sobrevalorado.
¿Para qué hacerlo? Con lo divertido que es especular, crear mundos alternativos, posibles opciones, meterte en el pellejo de una persona que no tienes ni pajolera idea de cómo piensa y dejar volar la imaginación...
Épico.
El delirio que se desarrolla al tratar de comprender por qué una persona actúa de un modo determinado es... Sublime.
El ser humano no puede aspirar a una delicia mayor.
Nótese el sarcasmo.
Con lo bonito que es intercambiar impresiones, exponer tus puntos de vista y tratar de comprender los de tu acompañante, enzarzarse en la pelea dialéctica de convencer a tu oponente (porque ya no es contertulio, no, esto es la guerra), imaginarte cómo le sacarías los ojos y terminar llamándole cerril y obtuso/a en sus más variopintas variantes...
¿Soy yo o nadie disfruta de eso?
Será, será. Será que yo soy la rara.
Será que lo normal es hacerse el misterioso y esquivar balas, a ver qué puñetas se inventan sobre mí esta vez. Y aquí paz y después gloria.
¿Que alguien me lo explique?
Que viva el aislamiento, las cuevas y la vida contemplativa.
O la frustración en mayúsculas.
Claro, que todos terminamos delatando más de lo que queremos, y por A o por B, tras haber emprendido el camino del perfeccionamiento del curso más avanzado de "interpretación de signos ocultos", uno termina atando cabos y viendo la luz...
Vida contemplativa, era, ¿no?
Casi he visto a Dios y todo.
Casi creo que te comprendo y todo.
Va a ser verdad la filigrana mental que se me ha pasado por la cabeza, así, como quien no quiere la cosa, por asombroso que parezca que las cosas sean como creo, porque ahora que te miro bajo el microscopio como a un bicho, empiezan a cuadrar las piezas... Y me está jodiendo. Me está jodiendo lo que creo que pasa por esa cabeza y no se dice en voz alta.
Porque tienes razón.
01 junio 2018 | By: Denebola

Y dicen que cuando uno se hace mayor pierde la paciencia... JA.

Aquí ando yo, divagando con otro par de perturbadas por whatsapp en una conversación tan histérica, como bipolar sobre los orígenes de Lucifer (vale, lo admito, tengo debilidad por él, como si no fuera obvio a estas alturas), la lucha del Trono de Rajoy (sólo nos faltan dragones y el Invierno; sí, Play, he tenido más disertaciones al respecto), los orígenes de la obsesión humana (que Freud me asista), los motivos de cierto "preto" (palabro maño para designar a un macizo; añádalo a su diccionario Castellano- Oregonés, querido MAIK-) para ignorar a cierta trastornada o si el Real Zaragoza será el único equipo de fútbol en Aragón que no subirá de categoría (Nayim, te añoramos).
En estas circunstancias tan espeluznantes, porque admitámoslo, esto da miedito, mi situación personal de caos me acompaña, como es habitual.
Y me pregunto cómo coño soy capaz de seguir adelante sin perder la cordura.
O si no la habré perdido ya,
Apuesto por lo segundo, por supuesto.
En cualquier caso, la causa de estar viviendo en un mundo imaginario cual Matrix mientras me retienen alguna institución psiquiátrica no es nada de eso.
No, señores.
La verdad es que lo tengo muy claro.
La causa eres tú, claro.
No sólo eres jodidamente surrealista y me has puesto patas arriba la puta existencia, sino que encima vas y, soberbio de ti, me das la hostia de realidad más grande de mi vida.
Y luego la bipolar soy yo...
Hay que joderse...
No sólo eres la persona que más cosas en común podrías tener conmigo, sino que además eres totalmente opuesto a mí.
Venga, vale... ¿Eso cómo se come?
Eres siempre, siempre y sin una maldita excepción, ese jodido quiero y no puedo. O no debo, pero quiero.
Ya me contarás cómo te lo haces, campeón, porque lo tuyo es de traca. Reúnes tentación y aversión de un modo tan perfecto como si fueras el mismísimo símbolo del ying y el yang personificado.
No sé si quiero estrangularte o tirarme a tus pies.
Conociéndote, preferirías lo primero... Yo estoy valorando seriamente el cruzarte la cara a lo Escarlata O´Hara, en plan dramático y contundente. Como si a mí me fueran estas cosas...
Pero vete tú a saber, porque parte de tu encanto es que sabes dar un golpe de efecto, cabrito. Las sorpresas estilo Houdini son tu puñetera especialidad, ya me has dado unas cuantas.
Y luego que paso de frivolidades a temas trascendentales con la facilidad de un puto interruptor...
Claro, ¿a quién le sorprende?
Ya venía tarada de serie.
Sólo me faltabas tú.
¿Bipolaridad? Me río yo...
Francamente, no sé si mandarte a la mierda o seguir inmersa en mi Matrix particular... Sospecho que vas a sacar a mi lado deneboliano muy pronto y no le va a gustar a nadie.
Salvo a tí.
Cabrón, te va la marcha más que a mí...
O eso, o me estoy ablandando (no contestes MAIK-... Conozco tu respuesta).

Esta noche te libras por la canción que me has mandado.

P.D.- Tengo que poner un aviso en el blog de no apto para menores. Cada día hablo peor... Las reclamaciones, al esquizoide.
Gracias.