Hace un día genial. Pero no me apetece salir de casa, prefiero quedarme, hoy es uno de esos días en los que me apetece horrorosamente quedarme con mis recuerdos y mis pensamientos a solas.
Se está bien en la terraza y sólo necesito mi paquete de tabaco y, aunque no necesario, sí que me viene bien tener a mano el botellín de cerveza para despejar mi mente de esas pequeñas cosas que me vienen agobiando todo el día. Un momento de paz para recordar algo que me haga sonreír y sentir bien mientras la brisa de verano que aún revolotea se lleve mis pequeños quebraderos de cabeza lejos de mí un rato.
Y, como siempre, me viene él a la mente.
¿Quién me iba a decir cuando le conocí que se convertiría en una de las personas más importantes de mi vida? No deja de divertirme cuando pienso en ello. Pero así es él, sorprendente; nunca deja de sorprenderme, por más que pienso que le conozco, siempre descubro algo nuevo que no me esperaba. Y me encanta.
Como la primera vez que me besó. Es inevitable recordar aquel día cada vez que llega él para invadir mi mente. Me había avisado, me había dicho exactamente lo que iba a hacer, pero yo no le creí; es lo que tiene, nunca sé si habla en broma o en serio, lo cual tiene su encanto. Porque cuando me dí cuenta de que había hablado en serio, di gracias de no haberle creído y que ese momento me pillara por sorpresa. Desde ese momento fui incapaz de despegarme de él. Aunque tampoco quería...
Comprendo que es complicado entender lo que pasa por mi cabeza cuando pienso en él con la misma intensidad con la que lo siento yo, quizás por eso me resulta tan incomprensiblemente difícil expresarlo, pero a la vez es muy sencillo, lo que me gusta de él es todo. Él es mi todo. Sí, todo. TODO.
Cuando me di cuenta, comprendí que tenía delante a la persona a la que había estado buscando toda mi vida sin saberlo.
Es demasiado complicado y a la vez tremendamente sencillo.
Y a veces me gusta estar a solas para recordármelo, para sonreír. Aunque luego mis pequeños problemillas vuelvan a mí...
Divagaciones de 3 perturbados
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Cuando menos se espera, el más mínimo detalle hace saltar la chispa del detonante de la bomba más brutal que puedan imaginar.
Y el detonante ha sido una frase.
Sí, hasta ahora, la fuerza se me ha ido por la boca, hasta ahí, no le faltaba razón. Pero hasta ahora mi ira se ha desinflado por voluntad propia.
Ya no.
La persona que menos debía juzgarme lo ha hecho sin conocer hasta dónde puede llegar mi lado oscuro. Mala suerte... Me ha tocado la fibra. Puedo no estar en mi mejor momento, puedo estar en horas bajas, puedo parecer hundida, pero ha tocado algo que jamás debía tocar: mi orgullo.
Oh, sí, "cariño", me ha subestimado...
La persona que mejor me conoce, quizás mejor que yo, me dijo que mi mejor arma es dominar el arma de mi adversario. Y en esta ocasión he de darle la razón.
Ha cometido varios errores.
Subestimarme.
Tocar mi orgullo.
No conocerme.
Y Denebola se está retorciendo en mi interior, impaciente por cruzármelo en el camino, y empezar su juego cruel y destructivo. Pienso hundirle con sus propias armas. Le estoy esperando impaciente. MUY impaciente.
Se acabó la persona agradable, se acabó la persona divertida, se acabó la persona que conocía.
Ha empezado la pesadilla.
Y yo me voy a reír. No voy a ser la única. Se ha abierto la veda, y el disparo de salida no lo he dado yo.
Craso error haber dicho algo así.
Puede considerarse mi "amigo", o mejor dicho, utilizar esa tapadera. Muy bien, juguemos. Yo también sé.
No sabe dónde se ha metido...
Pobrecito...
No me da lástima. Ninguno de los 2.
Me va a gustar jugar cual gato con su ovillo de lana.
Ingénuos.
Les voy a presentar a Dene. ¿Les caeré bien? ¿Qué opinan ustedes?
Y el detonante ha sido una frase.
Sí, hasta ahora, la fuerza se me ha ido por la boca, hasta ahí, no le faltaba razón. Pero hasta ahora mi ira se ha desinflado por voluntad propia.
Ya no.
La persona que menos debía juzgarme lo ha hecho sin conocer hasta dónde puede llegar mi lado oscuro. Mala suerte... Me ha tocado la fibra. Puedo no estar en mi mejor momento, puedo estar en horas bajas, puedo parecer hundida, pero ha tocado algo que jamás debía tocar: mi orgullo.
Oh, sí, "cariño", me ha subestimado...
La persona que mejor me conoce, quizás mejor que yo, me dijo que mi mejor arma es dominar el arma de mi adversario. Y en esta ocasión he de darle la razón.
Ha cometido varios errores.
Subestimarme.
Tocar mi orgullo.
No conocerme.
Y Denebola se está retorciendo en mi interior, impaciente por cruzármelo en el camino, y empezar su juego cruel y destructivo. Pienso hundirle con sus propias armas. Le estoy esperando impaciente. MUY impaciente.
Se acabó la persona agradable, se acabó la persona divertida, se acabó la persona que conocía.
Ha empezado la pesadilla.
Y yo me voy a reír. No voy a ser la única. Se ha abierto la veda, y el disparo de salida no lo he dado yo.
Craso error haber dicho algo así.
Puede considerarse mi "amigo", o mejor dicho, utilizar esa tapadera. Muy bien, juguemos. Yo también sé.
No sabe dónde se ha metido...
Pobrecito...
No me da lástima. Ninguno de los 2.
Me va a gustar jugar cual gato con su ovillo de lana.
Ingénuos.
Les voy a presentar a Dene. ¿Les caeré bien? ¿Qué opinan ustedes?
A mal tiempo... Fermín Cacho
Esta noche no he podido dormir... Tampoco.
Así que he aprovechado la tranquilidad y me he puesto a estudiar. Ayer encontré en La 2 un concierto de Sober y hoy he hecho lo mismo, pero no ha habido suerte. Creo que ayer sonó la flauta por casualidad. Hoy había unos soplagaitas haciendo el memo.
A pesar de que a las 4 de la mañana ha estado lloviendo, me he podido bajar al parque a hacer algo de ejercicio a las 7. Apenas había amanecido, pero el parque estaba como la Plaza España en plena celebración de la Eurocopa. Coño, sí que se nota que no hay trabajo, sí, el tema de los socorristas está más que concurrido, y en mi parque ya es habitual ver a los opositores a Policía o Bomberos, así que, había un llenazo espectacular. Y en mi tercera vuelta al parque, lo he visto, mi peor pesadilla: el jodido abuelo. ¡¡¡NOOOOOOOOOOOO!!! ¿Pero este hombre aún está vivo? Ya me ponía en evidencia hace 2 años, cuando estaba en forma, así que ahora, no he querido ni saberlo, nada más verlo he tirado la toalla...
Hay que joderse...
Ahora que había encontrado una buena hora para bajar al parque a correr, o me busco otra hora para no encontrarme a Mr Fermín Cacho, o me cambio de ejercicio para que no me desmoralice.
Hace un día deprimente.
Empiezo a notar las agujetas ya.
Tengo un sueñamen (como diría mi hermana) que creo que en cualquier momento se me cerrarán los ojos y se me quedará la batería a cero, golpe de frente en los libros incluído.
Se me está acabando la Coca Cola.
Probablemente se me acabe el tabaco en el momento más crítico.
Pero estoy feliz, oigan, y no sé por qué. Así que habrá que aprovechar la coyuntura, y si mañana me vuelvo a encontrar al abuelo de Fermín Cacho, que le den mucha bola...
Con un poco de suerte, dentro de un rato se conectará el Miedo al msn y le tocaré la moral mientras está en su garito naranja.
:)
Que tengan un buen día.
Así que he aprovechado la tranquilidad y me he puesto a estudiar. Ayer encontré en La 2 un concierto de Sober y hoy he hecho lo mismo, pero no ha habido suerte. Creo que ayer sonó la flauta por casualidad. Hoy había unos soplagaitas haciendo el memo.
A pesar de que a las 4 de la mañana ha estado lloviendo, me he podido bajar al parque a hacer algo de ejercicio a las 7. Apenas había amanecido, pero el parque estaba como la Plaza España en plena celebración de la Eurocopa. Coño, sí que se nota que no hay trabajo, sí, el tema de los socorristas está más que concurrido, y en mi parque ya es habitual ver a los opositores a Policía o Bomberos, así que, había un llenazo espectacular. Y en mi tercera vuelta al parque, lo he visto, mi peor pesadilla: el jodido abuelo. ¡¡¡NOOOOOOOOOOOO!!! ¿Pero este hombre aún está vivo? Ya me ponía en evidencia hace 2 años, cuando estaba en forma, así que ahora, no he querido ni saberlo, nada más verlo he tirado la toalla...
Hay que joderse...
Ahora que había encontrado una buena hora para bajar al parque a correr, o me busco otra hora para no encontrarme a Mr Fermín Cacho, o me cambio de ejercicio para que no me desmoralice.
Hace un día deprimente.
Empiezo a notar las agujetas ya.
Tengo un sueñamen (como diría mi hermana) que creo que en cualquier momento se me cerrarán los ojos y se me quedará la batería a cero, golpe de frente en los libros incluído.
Se me está acabando la Coca Cola.
Probablemente se me acabe el tabaco en el momento más crítico.
Pero estoy feliz, oigan, y no sé por qué. Así que habrá que aprovechar la coyuntura, y si mañana me vuelvo a encontrar al abuelo de Fermín Cacho, que le den mucha bola...
Con un poco de suerte, dentro de un rato se conectará el Miedo al msn y le tocaré la moral mientras está en su garito naranja.
:)
Que tengan un buen día.
Esta mañana...
... Me he levantado... Sonriendo, con ganas de reírme. NO era un sueño, era un recuerdo. Recordaba justo antes de levantarme aquella vez no hace mucho que casi se me quema un pastel en el horno, mis "ai ai ai" y su risa... Me gusta su risa, quiero oírla otra vez.... Sin pastel por medio.
¡¡ Superman !!
He gritado muchas noches, pero no ha aparecido Superman.
Ahora ya no le llamo.
No es que no quiera, esque se me ha acabado la voz.
En realidad, sigo gritando, pero nadie puede oirlo. Nadie, salvo yo. Escucho su nombre una y otra vez dentro de mí, pero nadie lo oye, no es tan raro que él tampoco lo haga.
El sonido es tan atronador dentro de mi mente que, aunque nadie lo oye, salgo a la terraza a que el frío de la noche me corte la cara. Y me pregunto si seguirá escuchándome cuando lo llamo o no. Quizás está demasiado ocupado salvando el mundo...
Bendita inocencia
¿Dónde coño ha quedado la infancia ingénua y feliz?
Eso se acabó con Espinete, Heidi y Marco. Ahora, en lugar de ver a D'Artacan y a la Bruja Avería, ven al subnormal de Bob Esponja, al exhibicionista de Shin Chan, y Buffy Cazavampiros, que más que una serie infantil y/o juvenil, parece una película porno.
Lejos han quedado Tom y Jerry, el Correcaminos, o el cabroncete de Bugs Bunny. Con lo que a mí me gustaban las Urracas Parlanchinas, eran unas auténticas hijas de puta, con todas las letras, y perdónenme la expresión, se dedicaban a hacer judiadas, como todo dibujo animado que se precie, como Rasca y Pica.
Y esque la cosa empezó a joderse con los Mundos de Yupi, y así nos va la cosa.
Para encontrarte un niño normal, inocente e ingénuo, tendríamos que ponerlo delante de la Play en lugar de la tele.
Y esque desde casa escucho a mi vecina con su hija, y a la pobre cría la asesinaría lentamente, la colgaría de la lámpara del comedor de la lengua, pero quien de verdad tiene la culpa son sus progenitores. ¿Desde cuándo una niña de 4-5 años no va al cole? ¿A cuántos de ustedes les dejaban sus padres ir en bici o en patines por el piso? Si de verdad uno quiere conservar sus muebles, eso es como dejar a un niño dentro de casa con un balón de fútbol. Claro, que así la cría, que, por cierto, debe tenerle alergia al agua, fruto de algún dibujo animado superheróico, supongo, en plena batalla en la bañera, le suelta a su madre tan gloriosa frase como ésta: "Búscate un trabajo y déjame sola en casa"
Hay que joderse... Valiente sopapo se merece la cría. Pero me parece que ya le llega tarde, porque esta enana ya viene de vueltas con los soplamocos, los castigos y el chantaje emocional...
Vamos, que lo que antes ya se pasaban por el forro a los 12 años, ahora empieza ya a los 5 años.
Miedo me da esta generación.
Cómo me alegro de haber tenido una infancia despreocupada e ingénua...
Eso se acabó con Espinete, Heidi y Marco. Ahora, en lugar de ver a D'Artacan y a la Bruja Avería, ven al subnormal de Bob Esponja, al exhibicionista de Shin Chan, y Buffy Cazavampiros, que más que una serie infantil y/o juvenil, parece una película porno.
Lejos han quedado Tom y Jerry, el Correcaminos, o el cabroncete de Bugs Bunny. Con lo que a mí me gustaban las Urracas Parlanchinas, eran unas auténticas hijas de puta, con todas las letras, y perdónenme la expresión, se dedicaban a hacer judiadas, como todo dibujo animado que se precie, como Rasca y Pica.
Y esque la cosa empezó a joderse con los Mundos de Yupi, y así nos va la cosa.
Para encontrarte un niño normal, inocente e ingénuo, tendríamos que ponerlo delante de la Play en lugar de la tele.
Y esque desde casa escucho a mi vecina con su hija, y a la pobre cría la asesinaría lentamente, la colgaría de la lámpara del comedor de la lengua, pero quien de verdad tiene la culpa son sus progenitores. ¿Desde cuándo una niña de 4-5 años no va al cole? ¿A cuántos de ustedes les dejaban sus padres ir en bici o en patines por el piso? Si de verdad uno quiere conservar sus muebles, eso es como dejar a un niño dentro de casa con un balón de fútbol. Claro, que así la cría, que, por cierto, debe tenerle alergia al agua, fruto de algún dibujo animado superheróico, supongo, en plena batalla en la bañera, le suelta a su madre tan gloriosa frase como ésta: "Búscate un trabajo y déjame sola en casa"
Hay que joderse... Valiente sopapo se merece la cría. Pero me parece que ya le llega tarde, porque esta enana ya viene de vueltas con los soplamocos, los castigos y el chantaje emocional...
Vamos, que lo que antes ya se pasaban por el forro a los 12 años, ahora empieza ya a los 5 años.
Miedo me da esta generación.
Cómo me alegro de haber tenido una infancia despreocupada e ingénua...
Unas palabritas a la afición
Hay días en los que todo te pesa demasiado y el lastre que acarreas es demasiado pesado para llevarlo tú sólo. Tanto, que una ligera pluma haría derrumbarse estrepitosamente la balanza. Es cuando no puedes más y estallas. Después todo es tristeza, sólo eso. Se te han ido las fuerzas y lo único que queda eres tú mismo lamentándote de ti mismo, pensando que nada puede ir bien, todo es negro, pesimismo puro y duro.
Otros días, todo es maravilloso, el sol luce en el cielo, y nada puede ir mal, nada puede tumbarte, eres invencible.
Hoy es un día raro. Estoy melancólica. Y no tengo ninguna gana de hablar, ni de relacionarme con nadie. Me voy con mis recuerdos y les dejo aquí unas simples palabras. Ahora mismo es más reconfortante lo que tengo en mente, algo que creo que no puedo expresar con palabras.
Buenas noches.
Otros días, todo es maravilloso, el sol luce en el cielo, y nada puede ir mal, nada puede tumbarte, eres invencible.
Hoy es un día raro. Estoy melancólica. Y no tengo ninguna gana de hablar, ni de relacionarme con nadie. Me voy con mis recuerdos y les dejo aquí unas simples palabras. Ahora mismo es más reconfortante lo que tengo en mente, algo que creo que no puedo expresar con palabras.
Buenas noches.
Black Blood Cap 1
Allí estaba, tumbado, esperando algo. No sabía lo que esperaba, le traía sin cuidado. ¿Suerte? Seguía vivo... ¿Por qué? ¿Sólo él? ¿Acaso no había quedado nadie más vivo sobre la faz de la tierra? Tenía demasiadas preguntas, estaba demasiado triste, no quería pensar, solo vivir como un autómata. 10 días. Hace 11 días lo tenía todo, su título, su trabajo, su casa, su familia, su novia. Lo tenía todo, 27 años de esfuerzo borrados de un soplo. Se levantó, se asomó a la ventana a ver el nuevo día... Y el cielo era de un verde oscuro acojonante. El aire olía mal, la temperatura era demasiado fría para esa época del año, sin un sonido en la calle... Escuchó, miro a un lado y a otro, siguió escuchando... Lloros, gritos de miedo, llamadas de socorro, más gritos, angustiantes todos ellos... Cerró la ventana, se miró al espejo. Sudaba como nunca, un sudor frío, el estomago cerrado. ¿Qué había pasado?
Recuerda los problemas que tuvo para vestirse, lo poco que dudo al coger su pistola, "eso" que de daba cierta seguridad en una ciudad como esa y lo rápido que llegó a casa de su novia. Llamó al timbre una y otra vez, asustado. Pensaba en tirar la puerta abajo... Y se abrió. La vio, con los ojos inyectados en sangre, con espuma, llena de arañazos que quizás ella misma se había hecho. Dio un paso atrás, incapaz de creer lo que veía. Su novia, o lo que era su novia, gritó y se abalanzó hacia él. Ni lo dudó, le disparó. Su novia lo miró, una mirada fría, ni siquiera lo había reconocido. Cayó poco a poco, mirando a los ojos a aquel que el había perforado el cráneo. Ahí murió, sin un grito. Él la había matado, y lloraba por eso. ¿Y si era una broma? Lloraba mientras corría a casa de sus padres, pensando mil y una cosas. Tenía tantas preguntas, tantos miedos, tanta ansiedad acumulada en su cuerpo, tanta adrenalina corriendo por sus venas que le costó parar al ver lo que tenía delante de él. Tenía delante de él mismo más personas, por llamarlas de alguna manera. Lo vieron y fueron a por él, aullando como lobos, insultándolo, provocándole. Corrió por donde había venido, y paró en seco. Algo muy rápido iba hacia él, pitándole. Se apartó un par de segundos antes de que el coche lo atropellara, se giró y vio como cargó contra ese grupo de cosas. El coche paró, salió un hombre bajito con un machete y les cortó el cuello a todos. Se miraron un instante, y respiraron con tranquilidad. Sin ninguna palabra por medio, corrió hacia ese hombre, subieron al coche y siguieron calle abajo.
Se contaron lo que habían visto y sentido cada uno, compartieron penas, dudas y preguntas. Se sintió más reconfortado de no verse solo, y empezaron a elaborar teorías. ¿Zombis? No están muertos, ni comen cerebros, ni se mueven despacio. Quedaron en llamarlos monstruitos, por lo menos se reían de ellos, que ya era algo en la nada más absoluta. Pensaron en un escape radiactivo de cualquier cosa secreta, quizás un virus, un arma biológica, o nuclear, o un experimento en una zona. Daba igual, su plan consistía en ir a por armas, munición, comida y no parar. Gasolina, comida, viaje y dormir. Dos días así, atropellando a cualquier ser que se pusiera por delante. Hasta que pasó, esos seres no eran estúpidos a pesar de ser monstruos que mataban a todo lo que tenían delante, incluso se mataban entre ellos mismos. Sabían usar armas, el mismo lo comprobó al ver como le volaban la cabeza a su compañero en medio de unas risas cansadas. Corrió al coche, se subió, lo arrancó y se fue. Había sido un cobarde, pensaba, quizás lo mejor era matar a todo lo que pudiera antes que lo mataran... O esperar.
Seguía esperando, tumbado, viendo el verde del cielo... Echaba de menos el sol, poder dormir tranquilo, en una cama, compañía, su novia, su familia. Todo se había ido a la mierda. Seguía mirando el cielo cuando lo escuchó. Un coche, se acercaba un coche, o una furgoneta, que más daba. Escondió el suyo, lleno de comida, armas y munición, subió a un árbol armado hasta los dientes y esperó. Era una furgoneta, que paró al lado de su coche. Pasaron unos pocos minutos y empezaba a estar incomodo en ese árbol, no era muy grande, pero lo escondía... Se abrió una puerta lateral y asomaron dos escopetas y una metralleta. Joder, le subían las pulsaciones, le iba a dar algo. Asomó un poco más la cabeza y vio una pierna, pero su mala suerte hizo que la rama se rompiera y cayera al suelo. El ruido asustó a los de la furgoneta, que empezaron a dispararle. Le dieron en una pierna, hasta que se oyó un "alto" bien claro de alguna chica. Bajó de la furgoneta, le apuntó y lo miró a los ojos. Respiró aliviada, sonrió y llamó a sus compañeros. Ellos reían alegres, contentos de haber encontrado a otro "perdido", y más sano que los 3 últimos.
-Si una puta bala en una pierna es estar sano, me compadezco de los otros 3 - les dijo en un tono casi tan alegre como sarcástico como el de ellos.
-Están muertos, puedes alegrarte cateto.
Lo subieron a la furgoneta, le quitaron las balas "sin anestesia, como un campeón" le dijo la chica, le vendaron y le dieron agua y dos magdalenas. Era la mejor comida en días, comer con compañía era un placer, jamás lo había pensado. La chica se llamaba Carol, el de la metralleta, un negro alto y fuerte de origen cubano, se llamaba Joe Blanquito (orgulloso estaba de ser como era y tener ese apellido, no sabía por qué). Albert el conductor, Leo y Shandy, gemelas, las que llevaban las escopetas. Le contaron lo que habían vivido cada uno, como se habían encontrado. Le preguntaron su nombre y que pasó.
- Me llamo Will, Will Black y... - les contó su historia. La muerte de su novia, la de su compañero, como había sobrevivido una semana solo hasta que se encontraron y le dispararon.
Cuando terminó de contarlo, llegaron al refugio de ellos... Un bloque, una antigua fabrica de gruesas paredes y mala iluminación. Quizás un sitio donde poder sobrevivir hasta... No tenían ni idea, pero era mejor estar juntos que solos...
Recuerda los problemas que tuvo para vestirse, lo poco que dudo al coger su pistola, "eso" que de daba cierta seguridad en una ciudad como esa y lo rápido que llegó a casa de su novia. Llamó al timbre una y otra vez, asustado. Pensaba en tirar la puerta abajo... Y se abrió. La vio, con los ojos inyectados en sangre, con espuma, llena de arañazos que quizás ella misma se había hecho. Dio un paso atrás, incapaz de creer lo que veía. Su novia, o lo que era su novia, gritó y se abalanzó hacia él. Ni lo dudó, le disparó. Su novia lo miró, una mirada fría, ni siquiera lo había reconocido. Cayó poco a poco, mirando a los ojos a aquel que el había perforado el cráneo. Ahí murió, sin un grito. Él la había matado, y lloraba por eso. ¿Y si era una broma? Lloraba mientras corría a casa de sus padres, pensando mil y una cosas. Tenía tantas preguntas, tantos miedos, tanta ansiedad acumulada en su cuerpo, tanta adrenalina corriendo por sus venas que le costó parar al ver lo que tenía delante de él. Tenía delante de él mismo más personas, por llamarlas de alguna manera. Lo vieron y fueron a por él, aullando como lobos, insultándolo, provocándole. Corrió por donde había venido, y paró en seco. Algo muy rápido iba hacia él, pitándole. Se apartó un par de segundos antes de que el coche lo atropellara, se giró y vio como cargó contra ese grupo de cosas. El coche paró, salió un hombre bajito con un machete y les cortó el cuello a todos. Se miraron un instante, y respiraron con tranquilidad. Sin ninguna palabra por medio, corrió hacia ese hombre, subieron al coche y siguieron calle abajo.
Se contaron lo que habían visto y sentido cada uno, compartieron penas, dudas y preguntas. Se sintió más reconfortado de no verse solo, y empezaron a elaborar teorías. ¿Zombis? No están muertos, ni comen cerebros, ni se mueven despacio. Quedaron en llamarlos monstruitos, por lo menos se reían de ellos, que ya era algo en la nada más absoluta. Pensaron en un escape radiactivo de cualquier cosa secreta, quizás un virus, un arma biológica, o nuclear, o un experimento en una zona. Daba igual, su plan consistía en ir a por armas, munición, comida y no parar. Gasolina, comida, viaje y dormir. Dos días así, atropellando a cualquier ser que se pusiera por delante. Hasta que pasó, esos seres no eran estúpidos a pesar de ser monstruos que mataban a todo lo que tenían delante, incluso se mataban entre ellos mismos. Sabían usar armas, el mismo lo comprobó al ver como le volaban la cabeza a su compañero en medio de unas risas cansadas. Corrió al coche, se subió, lo arrancó y se fue. Había sido un cobarde, pensaba, quizás lo mejor era matar a todo lo que pudiera antes que lo mataran... O esperar.
Seguía esperando, tumbado, viendo el verde del cielo... Echaba de menos el sol, poder dormir tranquilo, en una cama, compañía, su novia, su familia. Todo se había ido a la mierda. Seguía mirando el cielo cuando lo escuchó. Un coche, se acercaba un coche, o una furgoneta, que más daba. Escondió el suyo, lleno de comida, armas y munición, subió a un árbol armado hasta los dientes y esperó. Era una furgoneta, que paró al lado de su coche. Pasaron unos pocos minutos y empezaba a estar incomodo en ese árbol, no era muy grande, pero lo escondía... Se abrió una puerta lateral y asomaron dos escopetas y una metralleta. Joder, le subían las pulsaciones, le iba a dar algo. Asomó un poco más la cabeza y vio una pierna, pero su mala suerte hizo que la rama se rompiera y cayera al suelo. El ruido asustó a los de la furgoneta, que empezaron a dispararle. Le dieron en una pierna, hasta que se oyó un "alto" bien claro de alguna chica. Bajó de la furgoneta, le apuntó y lo miró a los ojos. Respiró aliviada, sonrió y llamó a sus compañeros. Ellos reían alegres, contentos de haber encontrado a otro "perdido", y más sano que los 3 últimos.
-Si una puta bala en una pierna es estar sano, me compadezco de los otros 3 - les dijo en un tono casi tan alegre como sarcástico como el de ellos.
-Están muertos, puedes alegrarte cateto.
Lo subieron a la furgoneta, le quitaron las balas "sin anestesia, como un campeón" le dijo la chica, le vendaron y le dieron agua y dos magdalenas. Era la mejor comida en días, comer con compañía era un placer, jamás lo había pensado. La chica se llamaba Carol, el de la metralleta, un negro alto y fuerte de origen cubano, se llamaba Joe Blanquito (orgulloso estaba de ser como era y tener ese apellido, no sabía por qué). Albert el conductor, Leo y Shandy, gemelas, las que llevaban las escopetas. Le contaron lo que habían vivido cada uno, como se habían encontrado. Le preguntaron su nombre y que pasó.
- Me llamo Will, Will Black y... - les contó su historia. La muerte de su novia, la de su compañero, como había sobrevivido una semana solo hasta que se encontraron y le dispararon.
Cuando terminó de contarlo, llegaron al refugio de ellos... Un bloque, una antigua fabrica de gruesas paredes y mala iluminación. Quizás un sitio donde poder sobrevivir hasta... No tenían ni idea, pero era mejor estar juntos que solos...
Nuevo enlace en Webs Amigas
No hace mucho dejó un comentario y me pasé por su blog. Me gustó su forma de escribir. Si no me equivoco, sólo escribe relatos. Así que, dejando a un lado mi parte egoísta, compartiré mi hallazgo con ustedes.
Éste es el nuevo enlace al Blog de Jordi:
http://jordim.wordpress.com/
Espero que les guste.
Éste es el nuevo enlace al Blog de Jordi:
http://jordim.wordpress.com/
Espero que les guste.
El mundo visto desde la boca de una jarra de cerveza (y 2)
Ser la más sincera no te hace ser la más popular del patio del colegio, pero hace que te tengan respeto.
Es algo que siempre me ha perseguido, pero que no he podido verlo claro hasta hace poco. Sí, podría haber sido la más popular (y la más imbécil) o la más impopular (y la más imbécil), pero nunca fui así, fui rara y atípica.
Quizás por eso hay alguien que me odia, alguien que me tiene miedo, alguien que no me conoce, y alguien que sabe perfectamente todo lo que pienso. Tuvo gracia el intento de apuesta que, evidentemente no acepté, porque también sabía lo que ella quería que hiciera en caso de que perdiera, y hay cosas con las que no juego. ¿O qué se piensan? ¿Que las mujeres no hacemos apuestas estúpidas? Bueno, quizás las chicas "normales" no. Yo sí. Me alegra ser simple como un hombre. Somos pocas, pero existimos...
Esque, no sé. Y digo no sé, porque no sé ser como una chica "normal", no sé por qué hay que enfadarse si el día de tu aniversario tu chico no se acuerda, no sé por qué hay que enfadarse si un sábado tu chico no sale contigo, no sé por qué los domingos no puede verse el fútbol, no sé por qué debería gustarme CR9, no sé por qué deberían volverme loca los rubios, no sé por qué... Debería ser complicada, si no sé serlo.
No entiendo por qué X se empeña en salir vestida de megafashion para cazar a un buen partido, si luego, como dijo alguien a quien quiero mucho, acaba encima de él en un bar de mala muerte con la falda en los sobacos, y luego lo niega. No entiendo por qué Y niega que un tío le pone a morir y cuando se entera de que es Policía Local, tiene demasiado glamour para él, cuando se le cae la baba, y se da de cabezazos por no habérselo zumbado. No entiendo por qué Z se empeña en jurar y perjurar que está enamoradísima de su novio, con el que lleva 8 años, y se trajina a todo lo que se mueve del sexo opuesto. Y seguiría...
No entiendo qué problema hay en salir sencillamente a divertirse y no a cazar. Esa desesperación no es sana, y se huele a kms.
Cuando escucho esta canción, soy la primera en reconocer que me invita a bailar... Como diría alguien, "facilona". Y no me refiero a dócil, precisamente, todo lo contrario.
Pero no es algo que pueda ver cualquiera.
Me refiero a esa persona que te abraza y sientes que no hay nadie más, esa persona que te besa y se te olvida que hay un 'resto del mundo' alrededor, esa persona a la que miras a los ojos y te pierdes en su mundo, esa persona a la que miras y no ves nada más, esa persona de la que hablas y se te ilumina la mirada y se te dibuja una sonrisa gilipollas en la cara, esa persona de la que no puedes parar de hablar, esa persona que te dice algo al oído y no sabes qué contestar porque te has quedado idiota para siempre, esa persona a la que le dejas llegar tan dentro de tu mente que ni tú mismo habías llegado, esa persona que te habla y quieres saber más, todo, esa persona que... Has estado esperando toda tu jodida vida sin saberlo, y al tenerlo delante ni siquiera te has dado cuenta hasta que te has colgado de una manera tan brutal que ni tú sabías que fuera posible. Y esque no había otro camino que no fuera a él, porque estabas hecha para esa persona.
Nunca he sido de amores efímeros. Sí, todos tenemos nuestras épocas negras, creo que es necesario para conocernos y saber qué queremos. Mejor dicho, qué no queremos. Y en qué no queremos convertirnos. Pero ahora sé que hasta ahora he creído estar enamorada, y no era así.
Alguien dijo que debería estar agradecida por sentir lo que siento y haber conocido el amor en mayúsculas, y sí, tenía razón, pero... No es que no sea suficiente, es... Que me siento como si no pudiera respirar, como si me faltase el aire, y esque me falta una parte de mí que es esencial para la vida, y una vez te das cuenta de ello, nada es lo suficientemente bueno, sólo esa parte igual pero distinta sin la que ya no sabes vivir.
Me falta él.
Y no espero que lo entiendan.
Nadie lo hace, y me he resignado a ello.
"I want your heart and your soul."
Me conformo con que lo entienda quien tiene que hacerlo.
Es algo que siempre me ha perseguido, pero que no he podido verlo claro hasta hace poco. Sí, podría haber sido la más popular (y la más imbécil) o la más impopular (y la más imbécil), pero nunca fui así, fui rara y atípica.
Quizás por eso hay alguien que me odia, alguien que me tiene miedo, alguien que no me conoce, y alguien que sabe perfectamente todo lo que pienso. Tuvo gracia el intento de apuesta que, evidentemente no acepté, porque también sabía lo que ella quería que hiciera en caso de que perdiera, y hay cosas con las que no juego. ¿O qué se piensan? ¿Que las mujeres no hacemos apuestas estúpidas? Bueno, quizás las chicas "normales" no. Yo sí. Me alegra ser simple como un hombre. Somos pocas, pero existimos...
Esque, no sé. Y digo no sé, porque no sé ser como una chica "normal", no sé por qué hay que enfadarse si el día de tu aniversario tu chico no se acuerda, no sé por qué hay que enfadarse si un sábado tu chico no sale contigo, no sé por qué los domingos no puede verse el fútbol, no sé por qué debería gustarme CR9, no sé por qué deberían volverme loca los rubios, no sé por qué... Debería ser complicada, si no sé serlo.
No entiendo por qué X se empeña en salir vestida de megafashion para cazar a un buen partido, si luego, como dijo alguien a quien quiero mucho, acaba encima de él en un bar de mala muerte con la falda en los sobacos, y luego lo niega. No entiendo por qué Y niega que un tío le pone a morir y cuando se entera de que es Policía Local, tiene demasiado glamour para él, cuando se le cae la baba, y se da de cabezazos por no habérselo zumbado. No entiendo por qué Z se empeña en jurar y perjurar que está enamoradísima de su novio, con el que lleva 8 años, y se trajina a todo lo que se mueve del sexo opuesto. Y seguiría...
No entiendo qué problema hay en salir sencillamente a divertirse y no a cazar. Esa desesperación no es sana, y se huele a kms.
Cuando escucho esta canción, soy la primera en reconocer que me invita a bailar... Como diría alguien, "facilona". Y no me refiero a dócil, precisamente, todo lo contrario.
Pero no es algo que pueda ver cualquiera.
Me refiero a esa persona que te abraza y sientes que no hay nadie más, esa persona que te besa y se te olvida que hay un 'resto del mundo' alrededor, esa persona a la que miras a los ojos y te pierdes en su mundo, esa persona a la que miras y no ves nada más, esa persona de la que hablas y se te ilumina la mirada y se te dibuja una sonrisa gilipollas en la cara, esa persona de la que no puedes parar de hablar, esa persona que te dice algo al oído y no sabes qué contestar porque te has quedado idiota para siempre, esa persona a la que le dejas llegar tan dentro de tu mente que ni tú mismo habías llegado, esa persona que te habla y quieres saber más, todo, esa persona que... Has estado esperando toda tu jodida vida sin saberlo, y al tenerlo delante ni siquiera te has dado cuenta hasta que te has colgado de una manera tan brutal que ni tú sabías que fuera posible. Y esque no había otro camino que no fuera a él, porque estabas hecha para esa persona.
Nunca he sido de amores efímeros. Sí, todos tenemos nuestras épocas negras, creo que es necesario para conocernos y saber qué queremos. Mejor dicho, qué no queremos. Y en qué no queremos convertirnos. Pero ahora sé que hasta ahora he creído estar enamorada, y no era así.
Alguien dijo que debería estar agradecida por sentir lo que siento y haber conocido el amor en mayúsculas, y sí, tenía razón, pero... No es que no sea suficiente, es... Que me siento como si no pudiera respirar, como si me faltase el aire, y esque me falta una parte de mí que es esencial para la vida, y una vez te das cuenta de ello, nada es lo suficientemente bueno, sólo esa parte igual pero distinta sin la que ya no sabes vivir.
Me falta él.
Y no espero que lo entiendan.
Nadie lo hace, y me he resignado a ello.
"I want your heart and your soul."
Me conformo con que lo entienda quien tiene que hacerlo.
¿Palabras?
Había llegado allí por casualidad. Sí, era cierto, siempre acababa en el mismo lugar, pero nunca un día como aquél. Su amiga estaba hablando con alguien muy entretenidamente y ella no quería... "Molestar". Un amigo suyo se había acoplado a su compañía y la estaba exprimiendo como si fuera su último recurso para la supervivencia nocturna. Probablemente lo fuera.
Ni siquiera lo escuchaba. Una chica lo asediaba vilmente tratando de sonsacar algo más jugoso que una simple compañía, y ella no estaba por la labor de hacer de cabeza de turco ni mucho menos de falsa novia para salvarse el pellejo. No se lo merecía. Se había afincado en su parcela de barra, codo acomodado, y cómodamente sentada en un taburete, totalmente en su mundo, ida, muy lejos de allí.
Estaba tan harta de todo aquello...
Escuchaba palabras por todos los flancos que la asediaban, la música le atronaba, el lugar empezaba a empequeñecerse a su alrededor... Sintió un escalofrío. Era curioso, estar rodeada de tantísima gente, todas las caras familiares, pero... Se sentía sola. Tampoco era tan raro. Nadie quería escuchar, ni muchísimo menos entender lo que quería decir, lo que llevaba dentro. ¿Qué más daba gastar algo de saliva? Un gasto innecesario... ¿Para qué hacer un esfuerzo?
Cogió aire y respiró profundamente.
Le era totalmente indiferente lo que pasaba a su alrededor.
Acuñó sus dos codos en la barra y acomodó su barbilla entre sus manos entrelazadas. "¿Me pones otro tubo, por favor?" Era más una súplica que cualquier otra cosa. Desvió su mirada y vió unos ojos observándola. Unos ojos que ni por asomo imaginaba que estuvieran allí. Se quedó helada, por un momento, se quedó sin vida, sin respiración, si no hubiera escuchado los latidos de su corazón golpeándole en la sien, habría pensado que estaba muerta, inerte. No era así, ni mucho menos, la sangre le hervía dentro de su cuerpo, el corazón parecía que iba a estallarle, ni siquiera podía articular palabra, apenas podía moverse. No podía ser...
Quería correr hacia él y abrazarle, pero estaba totalmente paralizada. ¿Miedo? ¿Inseguridad?
Ni siquiera podía moverse... Si no se acercaba él, ella se sentía incapaz.
Estaba temblando. Sólo cuando sintió sus brazos por su cintura y su voz cerca de su oído, pudo reaccionar y tocarle, quería saber si era real, o sólo un sueño. Sonrió.
El calor de su cuerpo era el único que dejaba que estuviera tan cerca suyo. Su voz era la única que escuchaba. Y ya no hacía falta contar nada. Si de verdad alguien quería escucharla, no tenía que hacerlo, sólo con mirar su gesto, sabía lo que tenía que decir...
Ni siquiera lo escuchaba. Una chica lo asediaba vilmente tratando de sonsacar algo más jugoso que una simple compañía, y ella no estaba por la labor de hacer de cabeza de turco ni mucho menos de falsa novia para salvarse el pellejo. No se lo merecía. Se había afincado en su parcela de barra, codo acomodado, y cómodamente sentada en un taburete, totalmente en su mundo, ida, muy lejos de allí.
Estaba tan harta de todo aquello...
Escuchaba palabras por todos los flancos que la asediaban, la música le atronaba, el lugar empezaba a empequeñecerse a su alrededor... Sintió un escalofrío. Era curioso, estar rodeada de tantísima gente, todas las caras familiares, pero... Se sentía sola. Tampoco era tan raro. Nadie quería escuchar, ni muchísimo menos entender lo que quería decir, lo que llevaba dentro. ¿Qué más daba gastar algo de saliva? Un gasto innecesario... ¿Para qué hacer un esfuerzo?
Cogió aire y respiró profundamente.
Le era totalmente indiferente lo que pasaba a su alrededor.
Acuñó sus dos codos en la barra y acomodó su barbilla entre sus manos entrelazadas. "¿Me pones otro tubo, por favor?" Era más una súplica que cualquier otra cosa. Desvió su mirada y vió unos ojos observándola. Unos ojos que ni por asomo imaginaba que estuvieran allí. Se quedó helada, por un momento, se quedó sin vida, sin respiración, si no hubiera escuchado los latidos de su corazón golpeándole en la sien, habría pensado que estaba muerta, inerte. No era así, ni mucho menos, la sangre le hervía dentro de su cuerpo, el corazón parecía que iba a estallarle, ni siquiera podía articular palabra, apenas podía moverse. No podía ser...
Quería correr hacia él y abrazarle, pero estaba totalmente paralizada. ¿Miedo? ¿Inseguridad?
Ni siquiera podía moverse... Si no se acercaba él, ella se sentía incapaz.
Estaba temblando. Sólo cuando sintió sus brazos por su cintura y su voz cerca de su oído, pudo reaccionar y tocarle, quería saber si era real, o sólo un sueño. Sonrió.
El calor de su cuerpo era el único que dejaba que estuviera tan cerca suyo. Su voz era la única que escuchaba. Y ya no hacía falta contar nada. Si de verdad alguien quería escucharla, no tenía que hacerlo, sólo con mirar su gesto, sabía lo que tenía que decir...
Joder, qué cruda es la realidad...
Llegar a casa a las 9 de la mañana recién desayunada, un viernes por la mañana y no tener absolutamente nada que hacer, no tiene precio.
Llegar a casa a las 9 de la mañana, tener que limpiar, tener que estudiar, y después tener que hacer la compra, es una putada.
Llegar a casa a las 9 de la mañana, encontrarte al hombre que más te pone sobre la tierra, que acaba de desnudarse y esperándote en la cama, dispuesto a complacer tus deseos más oscuros y a follarte hasta dejarte sin fuerzas...
Es un jodido sueño que nunca se va a cumplir.
Venga, vete a la cama, bonita, que soñar es gratis...
Buenos días.
Llegar a casa a las 9 de la mañana, tener que limpiar, tener que estudiar, y después tener que hacer la compra, es una putada.
Llegar a casa a las 9 de la mañana, encontrarte al hombre que más te pone sobre la tierra, que acaba de desnudarse y esperándote en la cama, dispuesto a complacer tus deseos más oscuros y a follarte hasta dejarte sin fuerzas...
Es un jodido sueño que nunca se va a cumplir.
Venga, vete a la cama, bonita, que soñar es gratis...
Buenos días.
Jueves 13
Las 7 de la mañana. No sé ni cómo me he levantado, anoche la última hora que vi en el reloj desde la cama fueron las 4:20.
Me acerco al ventanal del comedor, y la calle está en plena ebullición.
Luego tendré que salir a la calle, pero miro los libros en la mesa y me repelen... Aún no tengo ánimo para plantarles cara. Mejor salgo ahora, necesito que me de el aire.
Voy a la cocina, le echo agua a la cafetera y... Si no me apetece café. La dejo en la encimera y cojo un vaso. Coca-cola... Mi mejor amiga desde febrero.
Me la llevo a mi cuarto, y abro el armario. Nunca sé qué ponerme, cojo cualquier cosa y salgo, pero hoy me apetece estrenar los zapatos, así que busco el vestido militar negro y los leggins. ¿Así vas a salir para comprar el pan? Pues sí, ¿y qué? Además, me apetece tomarme un café ahí fuera, que últimamente mi mundo se reduce a esa jodida mesa llena de libros y la monotonía rutinaria. ¡Al carajo!, como diría el jevillano.
Salgo de casa, y la panadera ya me ve desde el principio de mi calle, me mira con cara de felicidad, con entusiasmo sólo de pensar que alguien le va a dar conversación a esas horas de la mañana. La lleva clara, hoy estoy asocial y esa mujer es lo más parecido a una metralleta verbal, así que paso por delante, saludito de rigor, y aprieta el paso para que no salga de propio a darte palique, que nos conocemos...
Llego andando tranquilamente a la chocolatería. Me gusta porque allí todo el mundo está a sus temas y es como si no existieras, pero esta mañana, a estas horas, está ya llena de abuelos con su chocolate y sus churros. Un solo con hielo, por favor. ¿Pero para qué se levantan tan temprano los jubilados? Oiga, abuela, que se va a perder la misa de las 8, y de paso, le diga a su marido que las obras están en el centro, no aquí, y los obreros ya han empezado su jornada laboral... Joder, con las ganas de soledad y espacio vital que tenía... Bueno, desde aquí se ve el estanco, se me está acabando el tabaco y no podré soportar todo el día entre los libros sin tabaco. Hoy no...
En cuanto la estanquera echa las luces del local, salgo disparada del jeriátrico improvisado para adquirir mi droga. Otra con ganas de palique... ¿Pero qué ha desayunado hoy la gente? Si esta mujer es más seca que una tortilla de almendras. Me empiezo a agobiar. Corre a la panadería y sube echando leches para casa o empezarás a gritar como Hulk en medio de la calle... ¿Panadería? No, ni hablar, hoy no soporto a esa cotilla de mujer, mejor me meto en el Panishop o donde encuentre.
Y de vuelta por el parque todos los críos de camino al cole... Dios, ¡no!
Cierro la puerta de mi casa, y me quedo apoyada en ella, bolso en mano aún, con la gabardina puesta todavía, mirando al techo. Por fin... A salvo...
Y entre artículo y artículo de ese jodido minilibro que me está amargando la existencia, me acuerdo de que el sábado llegan mis padres. Pues qué bien... Con las ganas que tengo yo de socializarme últimamente.
Y esta noche tengo un concierto de unos tíos que ni siquiera conozco. Hay que joderse, qué bien me lo monto. ¿No querías taza? ¡Tazón! Si te apetece tener espacio vital, prepárate a recibir empujones hasta en las amígdalas... Menos mal que este fin de semana no podré salir, porque me apetece lo mismo que un tiro en la sien.
Respira, Dene, coje aire...
Hoy estoy extremadamente asocial.
Me acerco al ventanal del comedor, y la calle está en plena ebullición.
Luego tendré que salir a la calle, pero miro los libros en la mesa y me repelen... Aún no tengo ánimo para plantarles cara. Mejor salgo ahora, necesito que me de el aire.
Voy a la cocina, le echo agua a la cafetera y... Si no me apetece café. La dejo en la encimera y cojo un vaso. Coca-cola... Mi mejor amiga desde febrero.
Me la llevo a mi cuarto, y abro el armario. Nunca sé qué ponerme, cojo cualquier cosa y salgo, pero hoy me apetece estrenar los zapatos, así que busco el vestido militar negro y los leggins. ¿Así vas a salir para comprar el pan? Pues sí, ¿y qué? Además, me apetece tomarme un café ahí fuera, que últimamente mi mundo se reduce a esa jodida mesa llena de libros y la monotonía rutinaria. ¡Al carajo!, como diría el jevillano.
Salgo de casa, y la panadera ya me ve desde el principio de mi calle, me mira con cara de felicidad, con entusiasmo sólo de pensar que alguien le va a dar conversación a esas horas de la mañana. La lleva clara, hoy estoy asocial y esa mujer es lo más parecido a una metralleta verbal, así que paso por delante, saludito de rigor, y aprieta el paso para que no salga de propio a darte palique, que nos conocemos...
Llego andando tranquilamente a la chocolatería. Me gusta porque allí todo el mundo está a sus temas y es como si no existieras, pero esta mañana, a estas horas, está ya llena de abuelos con su chocolate y sus churros. Un solo con hielo, por favor. ¿Pero para qué se levantan tan temprano los jubilados? Oiga, abuela, que se va a perder la misa de las 8, y de paso, le diga a su marido que las obras están en el centro, no aquí, y los obreros ya han empezado su jornada laboral... Joder, con las ganas de soledad y espacio vital que tenía... Bueno, desde aquí se ve el estanco, se me está acabando el tabaco y no podré soportar todo el día entre los libros sin tabaco. Hoy no...
En cuanto la estanquera echa las luces del local, salgo disparada del jeriátrico improvisado para adquirir mi droga. Otra con ganas de palique... ¿Pero qué ha desayunado hoy la gente? Si esta mujer es más seca que una tortilla de almendras. Me empiezo a agobiar. Corre a la panadería y sube echando leches para casa o empezarás a gritar como Hulk en medio de la calle... ¿Panadería? No, ni hablar, hoy no soporto a esa cotilla de mujer, mejor me meto en el Panishop o donde encuentre.
Y de vuelta por el parque todos los críos de camino al cole... Dios, ¡no!
Cierro la puerta de mi casa, y me quedo apoyada en ella, bolso en mano aún, con la gabardina puesta todavía, mirando al techo. Por fin... A salvo...
Y entre artículo y artículo de ese jodido minilibro que me está amargando la existencia, me acuerdo de que el sábado llegan mis padres. Pues qué bien... Con las ganas que tengo yo de socializarme últimamente.
Y esta noche tengo un concierto de unos tíos que ni siquiera conozco. Hay que joderse, qué bien me lo monto. ¿No querías taza? ¡Tazón! Si te apetece tener espacio vital, prepárate a recibir empujones hasta en las amígdalas... Menos mal que este fin de semana no podré salir, porque me apetece lo mismo que un tiro en la sien.
Respira, Dene, coje aire...
Hoy estoy extremadamente asocial.
Cosas pequeñitas
Y esque es increíble la fuerza que me da un jodido post-it. Amarillo, es como todos. Tan sólo tiene una palabra, pero me da una fuerza de voluntad que nunca he tenido.
Lo escribí en rojo, para recordarme por qué debía hacerlo. Pero no sólo me recuerda por qué me levanto todos los días y por qué debo tener fuerzas por encima de mis posibilidades, me recuerda por qué soy feliz.
Es curioso como una cosa tan pequeña puede renovarte la ilusión cada día como en un videojuego cuando encuentras el artilugio adecuado.
Y lo que me hizo feliz de verdad fue escuchar de boca de alguien mi historia alternativa. Qué hubiera pasado si hubiera actuado como no actué.
Por fin alguien me confirma que hice bien aunque me arrepienta todas las noches, por fin alguien me dice que, de otro modo, todo habría salido mal.
Es sencillamente liberador... Que 2 cosas tan pequeñitas te hagan sentir TAN BIEN...
Lo escribí en rojo, para recordarme por qué debía hacerlo. Pero no sólo me recuerda por qué me levanto todos los días y por qué debo tener fuerzas por encima de mis posibilidades, me recuerda por qué soy feliz.
Es curioso como una cosa tan pequeña puede renovarte la ilusión cada día como en un videojuego cuando encuentras el artilugio adecuado.
Y lo que me hizo feliz de verdad fue escuchar de boca de alguien mi historia alternativa. Qué hubiera pasado si hubiera actuado como no actué.
Por fin alguien me confirma que hice bien aunque me arrepienta todas las noches, por fin alguien me dice que, de otro modo, todo habría salido mal.
Es sencillamente liberador... Que 2 cosas tan pequeñitas te hagan sentir TAN BIEN...
Cuando éramos niños
¿Qué tienen en común un profesor de gimnasia, una estudiante de derecho tardía, 2 cajeras del Mercadona, una auxiliar de enfermería, una peluquera, un informático, una economista, 2 ayudantes de trabajador social y un químico?
Su infancia.
Fallaron un policía local, un chef, un segurata y una ama de casa, pero, por lo demás, estábamos todos. Es curioso cómo te reúnes 15 años después y compruebas que nadie ha cambiado... ¿O sí?
El niño tímido, canijo, uno de los payasos de la clase, es ahora un profesor de gimnasia alto y cachas, el repetidor listo, pero travieso, liante y extrovertido, es ahora un informático que ha recorrido medio mundo trabajando, la niña terremoto que parecía que nadie podría llevar por el buen camino es ahora proyecto de trabajadora social, la repetidora cortita y un poquito jeta, es ahora casi una enfermera, el niño con aires de superioridad, guapetón y listo, es ahora un policía local calvo, gordo y canijo, la niña lista y despierta es ahora madre de un hijo de 10 años que aprovecha para estudiar en sus ratos libres...
Quizás sí que hemos cambiado.
Pero ninguno hemos dejado de ser el niño que fuimos. Paradójicamente, y aunque en apariencia sí que hemos cambiado, la empollona rara, sigue siendo la empollona rara, los payasos de la clase, siguen siendo el alma de las fiestas, la introvertida y aburrida, sigue siendo la más muermo...
Resulta extraño ver cómo la gente con la que has pasado media vida, unos niños, son ahora padres de familia hasta responsables. ¿Ven? En ese punto me alegro de no parecerme a ellos. Si les digo la verdad, me alegré de que, en la cena, me tocase en pleno sector masculino, era más divertido que formar parte del corrillo de Mª Teresa Campos y escuchar lo mal que se pasa al parir...
Me gustaba la idea de volver a verles, y me sorprendió el hecho de que todos nos llevásemos tan bien aún. Y más aún cuando cada uno ha acabado en un sitio diferente, continuando con su vida, desligándose de ese lugar.
Me hacía especial gracia ver al repetidor tocapelotas. Por alguna razón, se pasó gran parte de mi infancia tocándome las narices en el patio, y recibiendo collejas de mi parte, pero nos llevábamos realmente bien. Quizás porque me tocara media vida escolar sentada a su lado, o quizás porque fue el novio de mi alter ego en el colegio, quién sabe.
Me resulta curioso. En un grupo, todos respondemos a un estereotipo, a todos nos cuelgan una etiqueta, y según mi estereotipo, debería haberme llevado bien con una serie de personas a las que, en realidad, nunca he tragado, y debería haberme llevado a matar con las personas con las que siempre me he llevado más que bien... De lo cual me alegro, porque de lo contrario me habría rodeado de una panda de "gil-y-pollas" bastante infame.
En resumen, hay cosas que no cambian: un hombre puede tener 15 ó 30 años, pero siempre se pasa las horas en los garitos con la cerveza en la mano y apoyado contra la pared como si no hubiera música.
Frases de Peter Griffin
Lois: vera señorita Lockhart, venimos a hablar de..
Peter:No, Lois, no, no, vamos a hablar con educación… Vera, señora Lockhart, nuestro hijo, quiere, esto… follársela.
Peter:jajajajajajajaja… Propaano
Peter: Dios me quiere, me quiere un montón, porque me hace bocadillos… de salchichón
Peter: ¿Tengo que dirigir la orquesta con el pene?
Peter: Oye, Mort, ¿no tienes supositorios con sabor a fresa?
Mort Goldman: ¡Por Dios, Peter! ¿te los estás comiendo?
Peter: No, me los meto por el culo… ¡pues claro que me los estoy comiendo!
Peter: Ahh lo siento Meg. Papi te quiere, pero a papi le encanta Star Trek y resulta que Star Trek estaba aquí antes.
Peter: ¡Eh! ¡Eh! ¡Hay un mensaje en mis cereales! Dice: Oooooooooo….
Brian: Peter, son aritos.
Peter:¡Un momento, ya lo tengo! ¡A un muerto no pueden obligarle a pagar la factura! Lo que tengo que hacer es escribir “fallecido” aquí, donde pone nombre, y donde pone sexo escribiré: “¡No, gracias, estoy muerto!”. ¡Eso es, no puede fallar!
Peter: Y hemos comprado para la biblioteca libros sobre las mejores películas y series de la televisión, porque si no enseñamos a nuestros hijos a leer, ¿cómo sabrán qué hay en la tele?
Peter: ¿Un degenerado yo? Pues usted es una fasticia. Ve, yo tambien sé inventarme palabras.
Peter: “No es por culpar a nadie, pero no me puedo quitar la extraña sensación de que todo es culpa de Meg”
Peter: “Esto es más incómodo que cuando se me olvidó cómo sentarme”
Peter: “Los cristianos no creen en la gravedad”
Lois: “QUE TE HAS ENAMORADO DE LA PROFESORA LOCKHART!!?”
Peter: “eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh!eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eeeeeeh! Lois, este no es mi vaso de batman”
Cogí la idea prestada de otro blog, pero coño... es Grande!
Peter:No, Lois, no, no, vamos a hablar con educación… Vera, señora Lockhart, nuestro hijo, quiere, esto… follársela.
Peter:jajajajajajajaja… Propaano
Peter: Dios me quiere, me quiere un montón, porque me hace bocadillos… de salchichón
Peter: ¿Tengo que dirigir la orquesta con el pene?
Peter: Oye, Mort, ¿no tienes supositorios con sabor a fresa?
Mort Goldman: ¡Por Dios, Peter! ¿te los estás comiendo?
Peter: No, me los meto por el culo… ¡pues claro que me los estoy comiendo!
Peter: Ahh lo siento Meg. Papi te quiere, pero a papi le encanta Star Trek y resulta que Star Trek estaba aquí antes.
Peter: ¡Eh! ¡Eh! ¡Hay un mensaje en mis cereales! Dice: Oooooooooo….
Brian: Peter, son aritos.
Peter:¡Un momento, ya lo tengo! ¡A un muerto no pueden obligarle a pagar la factura! Lo que tengo que hacer es escribir “fallecido” aquí, donde pone nombre, y donde pone sexo escribiré: “¡No, gracias, estoy muerto!”. ¡Eso es, no puede fallar!
Peter: Y hemos comprado para la biblioteca libros sobre las mejores películas y series de la televisión, porque si no enseñamos a nuestros hijos a leer, ¿cómo sabrán qué hay en la tele?
Peter: ¿Un degenerado yo? Pues usted es una fasticia. Ve, yo tambien sé inventarme palabras.
Peter: “No es por culpar a nadie, pero no me puedo quitar la extraña sensación de que todo es culpa de Meg”
Peter: “Esto es más incómodo que cuando se me olvidó cómo sentarme”
Peter: “Los cristianos no creen en la gravedad”
Lois: “QUE TE HAS ENAMORADO DE LA PROFESORA LOCKHART!!?”
Peter: “eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh!eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eh! eeeeeeh! Lois, este no es mi vaso de batman”
Cogí la idea prestada de otro blog, pero coño... es Grande!
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