Me acuerdo el día que llegué a estas tierras. Salir de caja con sumo cuidado, en manos del niño-demonio. Depositarme junto con hermanos. Todos somos iguales, nacer todos en fábrica y con el mismo molde. Pensaba que jugar con nosotros a ser indios en campamento. Pero no. Ser carnaza para playmobiles vaqueros. Estos atacar fuerte por los flancos. Jefe indio romperse pierna literalmente, ir al infierno según niño-demonio.
Ahora estar solo. Ahora morir.
Que mierda me ha quedado, pero quería escribir como un playmobil indio. Y lo he hecho. No sé cuando podré escribir lo que quiero escribir y como lo quiero escribir, pero bueno.
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Felicidades Bicho, que sea un buen día
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