No puedo decir que haya empezado la semana con muy buen pie, la verdad, pero tampoco terminé la anterior mucho mejor, siendo sincera.
Odio no poder bajar a correr, se me cae la casa encima y no me sienta nada bien. Aunque no me va a venir mal fumar tan poco, si esque quiero sacar algo bueno de todo esto...
Y, como siempre que uno piensa que las cosas no pueden ir a peor, ahí está la divina providencia para sacarnos de nuestro error y sumirnos en la más grande de las miserias. Bueno, en mi caso, el más grande de los encabronamientos, porque a esto no lo puedo llamar cabreo.
Después de más de año y medio trabajándome el temario de las oposiciones y un intento fallido y estrepitoso de examen, me cambian el método de estudio radicalmente, lo que me implica replantearme todo el temario y volver a partir de cero, como si me hubiera estado tocando las narices a 2 tiempos y con música de fondo durante casi 2 años.
Entenderán que, después de unos días enferma, encontrarme con esto no me ha hecho dar saltos de alegría y palmas con las orejas, más bien me ha sentado como una patada en el estómago. Si me había planteado los próximos meses de mi vida de una forma concreta, ya puedo olvidarme de cualquier plan porque de momento es inviable.
Y me jode, me jode bastante. Me gustaría poder decir por una vez aquello de "me encanta que los planes salgan bien", a lo Hannibal Smith. Aunque el puro se lo dejo a ustedes.
Y, no sé por qué, sólo me vienen juramentos en inglés a la mente.
Debe de haberme subido de nuevo la fiebre.
Me voy a tomar mi medicación.
Fucking bloody asshole...
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