29 noviembre 2011 | By: Denebola

Consecuencias de no silenciar el móvil por la noche

Después de 2 días febril, he caído cual tronco en la cama hace varias horas ya. Por fin un día que voy a poder dormir sin sueños paranóicos y extraños. Descansar. Oh, sí... O eso pensaba yo, inocente de mí.
No sé que puta alineación planetaria se está dando, pero odio esas llamadas perdidas a altas horas de la noche de personas non gratas, siendo demasiado suave, como si fueran psicópatas acechando en la ventana de tu casa o adolescentes ociosos e impertinentes, una tras otra, sin parar. No ha sido una llamada, no, han sido más de 20, y no ha sido un capullo, no, han sido 2 que además nada tienen que ver el uno con el otro.
Si no quería taza, toma 2.
Pero, ¿qué cojones pasa? ¿Qué coño tienen en la cabeza? ¿Tanto tiempo libre tiene la gente? ¿Joder al prójimo es deporte olímpico y no me he enterado? ¿Esque tengo cara de tonta? ¿Cinismo? ¿Gilipollez? ¿Estupidez profunda? ¿Retraso mental? No lo entiendo. ¿Cómo coño se atreven a darme señales de vida como si tal cosa tal y como se portaron en su día? Y, además, eso, EN SU DÍA, que de eso hace ya mucho tiempo. Y cuando digo mucho, me refiero a años.
Fary sabe que estoy haciendo esfuerzos sobrehumanos para no coger el móvil y empezar a escupir lava por la boca, porque tengo mucho que decir y mi cabreo está alcanzando niveles insospechados, no sólo porque me hayan despertado, sino porque a esas personas les diría muchas cosas, y ninguna bonita.
Y yo ahora, de mala virgen y desvelada. Great...

1 comentarios:

Denebola dijo...

Con más sueño, pero menos cabreo, digo que un gran invento, sí señor. Hay cosas que no valen absolutamente para nada, pero quien inventó ésa, desde luego debió sufrir a algún elemento como éstos.
Mi móvil no funciona con Android, pero puede ser un buen momento para visitar la App-Store...
Muchas gracias por la sugerencia, caballero. Haber guardado el número de ciertos elementos non gratos en la agenda ahora tiene un sentido.