02 mayo 2011 | By: Denebola

¡¡Eh!! ¡¡Tú!! ¡Eres un Pronador!

No hace falta que les hable de mi afición, casi vicio, dulce tortura, de salir a correr por la mañana, cuando acaba de amanecer y está la calle y el ambiente aún fresquito.
Hace poco me compré unas zapatillas porque, aunque no debería importar, mis zapatillas no son de running, y cuando sales todas las mañanas (salvo cuando las cadenas de la pereza me atan tan fuerte a la cama que soy incapaz de levantarme), los pies lo notan. Pensaba que la cosa iría a mejor, pero, paradójicamente, no fue así. Más bien al contrario. Ahora resulta que me duele toda la planta del pie y mis piernas terminan cargadas hasta la hora de irme a dormir, a pesar de que el esfuerzo no es para tanto, o por lo menos, así lo considero yo.

Bien, pues ayer me encontré con la respuesta, sin querer.
Se llama pisada pronadora, supinadora o neutra.
Viene a ser en qué parte de la planta del pie apoyamos el peso de nuestro cuerpo cuando andamos o corremos y, como ya he dicho, hay 3 tipos: pronadores, neutros y supinadores.
Éstas son las huellas que dejan y el modo en que apoyan el pie (derecho, en la ilustración) en el suelo:


Los pronadores apoyan mucho más el empeine, su zancada inclina el tobillo hacia adentro, es una defensa natural del cuerpo, una amortiguación para evitar lesiones en los pies y tobillos. Entre 50%-60% de los corredores son pronadores.

Los neutros son los que no inclinan el tobillo ni hacia adentro, ni hacia afuera; mantienen el eje de la pierna recto, por decirlo de algún modo. Es la "pisada normal", podría decirse, y son el 40% aproximadamente de los corredores.

Los supinadores son los opuestos a los pronadores: giran el tobillo hacia fuera al apoyar el peso del cuerpo en la pisada, apoyando la parte externa del pie al andar o correr. Tienen un pie muy estructurado, con un empeine, por lo general, alto, y con poca movilidad, lo que les hace propensos a las lesiones. Son cerca del 9% de los corredores.

Pues bien, para saber qué tipo de corredor somos, hay varios métodos, aunque, personalmente, por propia experiencia, algunos no son muy válidos.
1.- De espaldas, estáticos, en un espejo o con alguna foto, ver si nuestros tobillos se hunden hacia adentro o hacia afuera. No sé, no lo veo muy válido, yo parezco neutra y no lo soy. Sobre todo, en mujeres, artistas del equilibrio con los tacones, o en personas que tienen una inclinación pronadora o supinadora pequeña, esta prueba me parece muy poco fiable, teniendo en cuenta que hablamos del comportamiento de nuestras piernas en movimiento. Añadir, además, que el tema del empeine, por los supinadores, no es válido tampoco.
2.- Que alguien te observe el movimiento rotatorio del tobillo desde atrás mientras corres o caminas. También me parece poco fiable. Sólo ves una zapatilla, no se llega a ver movimiento en el tobillo a no ser que la pronación o supinación sea exagerada.
3.- Comparar la pisada. Bien, se puede observar por el desgaste de la zapatilla (para esto mejor nos vamos a hacer un análisis de pisada, muchas marcas las organizan a modo de promoción), o con el pie desnudo (un poquito de crema en la planta del pie, andar y mirar; sencillo... Luego a limpiar), aunque si el grado de pronación o supinación es pequeño se nos va a quedar cara de gilipollas...
4.- Para mí, la prueba definitiva y sencilla: colocándonos de pie y con los pies juntos, doblamos 3 veces las rodillas. Si en la última flexión chocan las rodillas, eres pronador, si se mantienen paralelas, eres neutro, y si se separan, eres supinador; como en la imagen.

Ni qué decir tiene que yo, cómo no, pertenezco a ese 9%. Y qué caras son las zapatillas de running supinadoras, copón... Miope, disléxica y supinadora, todo un chollo, oigan. Claro, que esto explica por qué sin más al ir andando con mis tacones se me tuerce el tobillo hacia afuera (no, aún no sé a qué sabe el asfalto ni los baldosines de las aceras, gracias a Fary tengo un equilibrio innato envidiable), por qué me es tan complicado llevar tacones finos, por qué destrozaba las zapatillas de deporte cuando entrenaba (por si no lo saben, la gran mayoría de zapatillas de deporte están hechas para pronadores y los supinadores tendemos a gastar más la zapatilla por eso de que apoyamos el peso en menos superficie... Física elemental), por qué me destrozaban el tendón de Aquiles las Converse y cualquier bota que cogiera el tobillo, como aquellas botas militares que me encantaban, o por qué me canso tanto corriendo con estas puñeteras zapatillas (no, no es que el abuelo del parque sea pariente de SuperRatón, es que yo llevo las zapatillas inadecuadas... ejem)...
En fin, ahora me hallo en la disyuntiva de si cambiarme de nuevo de zapatillas a ver si hay alguna diferencia o pasar del tema, que me acabo de comprar las zapatillas, como aquél que dice, y las supinadoras no es que sean baratas, como para andar haciendo el imbécil...

¿¿A que ya están untándose crema en el pie o flexionando las piernas??

Fuentes principales:
http://blogvibike.blogspot.com/2010/12/y-tu-como-pisas.html
http://www.gym19.com.ar/biomecanica_pie.html

Ahora les dejo con una de las canciones que más me gustan para correr, en esos instantes en que lo estás dando todo, pletórico y eufórico:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaj vale.. yo también soy disléxica y miope... y acabo de desubrir que también soy supinadora. Me pasa exactamente igual con los tacones!!!! y además soy hiperlaxa (demasiada elasticidad) creo que si no lo fuera me habría roto los tobillos en alguna ocasión jejeje.

Saludos!!!

Denebola dijo...

Un consejo: hágase la prueba. Yo me la hice y en realidad tengo la pisada neutra.
Este tipo de pruebas no son fiables si la pronación o la supinación no son muy fuertes.

Un saludito!