Nunca he sido de Papá Noel, a mí casa siempre han venido los Reyes Magos, lo cual era una grandísima putada, y perdónenme la expresión, para mi hermana y para mí, porque cuando todo cristo llevaba desde Nochebuena jugando con sus super regalos nuevos, a nosotras nos llegában unos pocos días antes de empezar a ir a clase.
Todavía recuerdo cuando mi hermana se despertaba mucho antes de las 8 de la mañana y me tiraba del pijama para despertarme por la mañana. Siempre he sido una marmota, pero que te despierten a esas horas un día que puedes dormir plácidamente, es inhumano. "Si los regalos no se van a ir de allí, duerme un poco más", pero era inútil, hasta que no me levantaba, no paraba, y, total, para estar allí mirando las cajas envueltas con papeles de colorines, agitándolas y tratando de averiguar qué era, cosa que para mi hermana era un suplicio, porque ella nunca hacía carta de Reyes, cogía los catálogos de juguetes y rodeaba con rotulador lo que quería, que era prácticamente toda la sección de juguetes para chicas... Y hasta que mis padres no se levantaban, no abríamos los regalos.
La muy puñetera de mi hermana, se hizo la tonta durante 2 años, negando esa gran evidencia, la gran desilusión de todos los niños porque al enterarse, dedujo que se acabarían los regalos.
No fue así, fue diferente, pero no fue así.
Hace mucho que no hago carta de Reyes, como es evidente. Pero siempre hay alguna cosilla que te hace ilusión que te regalen.
Este año... No.
Sencillamente, porque lo que quiero no se le puede pedir a los Reyes Magos. Son Magos, pero no son Fary.
Ojalá pudiera abrir una caja envuelta con papel de colores y encontrarme con que es lo que quiero. Pero me parece que esas 2 cosas, no caben... ¿O sí?
Me pregunto si la felicidad absoluta cabe en un par de cajas de regalo...
1 comentarios:
NO mucho... Ni un regalo
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