Sonrisas, no lágrimas

Tras unos días de caída anímica brutal, lo lógico es llegar al fondo y subir.
Pero creo que nunca me habían afectado tantísimo esas pequeñas frases que la gente de tu alrededor dice con total naturalidad y que, para ser sinceros, no son nada del otro mundo, pero que te hacen esbozar una sonrisa porque te han tocado ese puntito que te hacen simplemente sentir bien. Pero no hablo de esas sonrisas normales. No. Hablo de esas sonrisas que salen de dentro, que no las puedes reprimir, que te iluminan la cara.


Hace unos días me llamó un amigo de madrugada. Evidentemente, quien me conoce sabe que yo de madrugada... Duermo (salvo fiestas de guardar, véase, viernes y sábados). Evidentemente, no se lo cogí.
Al día siguiente, le envié el sms de rigor: "¿Qué pasa? ¿Anoche mojaste? Ya sé que nos echas de menos" (Angelito + Dene = inseparables; evidentemente, hablaba de las 2). No tengo amigos normales, y su sms no fue normal... Al margen de reproducir los detalles de su noche loca, contestó una coletilla que... Sólo pude pensar que, a pesar de ser un salido desesperado que me usa para ligar (ya saben, tener una amiga, ayuda con el sector femenino...), tiene su corazoncito: "(... detalles de noche loca...) Y sí, os echamos de menos, pero eso ya lo sabes". Frase inesperada de un pirado más salido que el pico de una plancha... Me resultó tierno, me hizo sonreír.

Tarde de histeria en el curro. Me "escapo" en el curro huyendo de malos royos y evitando que de mi boca salgan cierto tipo de... improperios, por decirlo suavemente, hacia mi jefa y mi compañera. Salgo al almacén en busca del Romano, mi gran hermano mayor, para raptarlo, que sé que está igual o peor que yo (solo que él ya habrá soltado todos los improperios que se le hayan pasado por la cabeza, y más, y estará escupiendo lava, aunque jamás hacia mí...), y, de vuelta, el madurito sexy, otro de mis grandes protectores, reclama de mi trabajo, por el cual me pagan (si esque a eso se le puede llamar nómina...). Playa de pedidos llena de pallets, yo a mi faena, el transportista bromeando con el madurito sexy sobre mí... Yo hago oídos sordos, hasta que me tocan la moral, me vuelvo y Dene aparece. El transportista tacha al madurito sexy de gigoló, y él sólo dice: "No, ella no, ella es la niña de mis ojos".

Maldito Don Juan. Siempre me lleva en bandeja de plata... Y me arranca una sonrisa. Y esta fue grande.

Pero la mejor ha sido la de hoy.

El Romano. Jodido heavy cuarentón. Jodido hermano mayor que nunca tuve. Tiene una forma de soltar piropos con una naturalidad pasmosa y envidiable. Pero sólo le había oído hablar así de su hija, su gran amor...

Y esta mañana cuando íbamos hacia Mordor en su meriva escuchando eso de "take a little piece of my heart, oh! darling..." de Janis Joplin, se me ha girado y, con su cara de loco, me ha dicho:

"Pero qué guapa estás hoy, ¿qué te has hecho?"

"Se llama coleta alta, es lo que tiene no ir a ver a las marujas a la peluquería durante muchísimos meses..."

"¿Te has puesto colorete o algo? Joder, hoy estás especialmente guapa, así con la coleta y las gafas. Me gusta." (no voy a reproducir mi respuesta... Sólo diré que se ha reído como un cabrón... Y perdón por la expresión)

Y quizás hoy haya sido el único día que he entrado con la sonrisa más radiante del mundo a currar al lado del ogro de Darth Vader...

Y esque a veces esas cosas sencillas y pequeñas (como yo) son las que mejor te hacen sentir. Sobretodo cuando no te las dicen a menudo y son espontáneas. Porque sabes que son verdad.

Seguro que hoy cualquiera de los que me leen ha tenido alguna situación en la que alguien les ha arrancado una sonrisa desde muy dentro. Pero... ¿La recuerdan?...

La Ñeka sonríe.