Quiero despertar y sentir tus brazos alrededor de mí antes de abrir los ojos.
Quiero escuchar tu respiración tranquila y profunda mientras duermes muy cerca de mí.
Quiero que seas lo primero que vea al abrir los ojos cada mañana.
Quiero que me despiertes y mirarte a los ojos.
Quiero despertarte con mis uñas. O con mis labios.
Quiero darte los buenos días todas las mañanas.
Quiero que sigas siendo mi personal trainer.
Quiero hacer el café unas veces y, otras, el té.
Quiero que hagas al mundo desaparecer de nuevo para que sólo existas tú.
Quiero ver esa media sonrisa entre inocente y travieso que nadie tiene, sólo tú, ésa que me hace sonreír y preguntarme qué diablos pasará por tu mente, dónde habrá ido esta vez.
Quiero cogerte de la mano inconscientemente en el momento que menos me lo espero y no poder soltarte ya nunca.
Quiero que me abraces tan fuerte que por un segundo piense que puedo escuchar los latidos de tu corazón.
Quiero que me hagas temblar de nuevo.
Quiero sentir tus manos alrededor de mi cuerpo, por mi espalda, haciéndome sentir pequeñita, tan poquita cosa, tan... Como sólo tú me haces sentir.
Quiero ver tu mirada curiosa sobre mí. Y la que no es curiosa. Las quiero todas.
Quiero decírtelo todas las veces que pueda.
Quiero escuchar tu voz, que tanto me gusta, y todos tus silencios.
Quiero mirarte cuando no estás mirándome. Y cuando lo haces, también, porque me encantan tu mirada y tus ojos verdes.
Quiero estar a tu lado y dibujar cosas sin sentido sobre tu piel.
Quiero abrazarte y sentir que quiero estar así eternamente.
Quiero escuchar tu risa contagiosa y reírme.
Quiero dibujar suavemente tus labios con las yemas de mis dedos. Y con mis labios también.
Quiero sentir tus manos acariciando mi pelo, porque sólo me gusta cuando lo haces tú.
Quiero que no dejes de sorprenderme, porque no sé cómo lo haces, pero siempre es así. Y no me gusta, me encanta.
Quiero juguetear con mis dedos en tu pelo corto cuando estás tranquilo cerca de mí.
Quiero abrazarte por la espalda. O de mil modos más.
Quiero que me cojas por los hombros cuando vamos por la calle y me beses en cada semáforo. Y también cuando no haya semáforos, cuando te apetezca.
Quiero mirarte embobada mientras me cuentas alguna de todas esas cosas que sabes.
Quiero mirarte mientras cocinas, ya sabes que me gusta.
Quiero aprovechar todos y cada uno de los escalones que se crucen en nuestro camino. Y las paredes. Y los bancos. Y... Todo lo que se nos ocurra.
Quiero decirte todas esas cosas que no se dicen con palabras, porque no existen.
Quiero tenerte tan cerca que... Sea mucho más.
Quiero un beso de buenas noches todas las noches. ¿Me lo das tú? ¿O te lo doy yo?
Quiero sentir el calor de tu cuerpo rodeándome todas las noches antes de cerrar los ojos.
Quiero que seas lo último que vea antes de dormirme. Y, ¿quién sabe? Hasta soñar contigo.
Quiero escuchar tu respiración tranquila y profunda mientras duermes muy cerca de mí.
Quiero que seas lo primero que vea al abrir los ojos cada mañana.
Quiero que me despiertes y mirarte a los ojos.
Quiero despertarte con mis uñas. O con mis labios.
Quiero darte los buenos días todas las mañanas.
Quiero que sigas siendo mi personal trainer.
Quiero hacer el café unas veces y, otras, el té.
Quiero que hagas al mundo desaparecer de nuevo para que sólo existas tú.
Quiero ver esa media sonrisa entre inocente y travieso que nadie tiene, sólo tú, ésa que me hace sonreír y preguntarme qué diablos pasará por tu mente, dónde habrá ido esta vez.
Quiero cogerte de la mano inconscientemente en el momento que menos me lo espero y no poder soltarte ya nunca.
Quiero que me abraces tan fuerte que por un segundo piense que puedo escuchar los latidos de tu corazón.
Quiero que me hagas temblar de nuevo.
Quiero sentir tus manos alrededor de mi cuerpo, por mi espalda, haciéndome sentir pequeñita, tan poquita cosa, tan... Como sólo tú me haces sentir.
Quiero ver tu mirada curiosa sobre mí. Y la que no es curiosa. Las quiero todas.
Quiero decírtelo todas las veces que pueda.
Quiero escuchar tu voz, que tanto me gusta, y todos tus silencios.
Quiero mirarte cuando no estás mirándome. Y cuando lo haces, también, porque me encantan tu mirada y tus ojos verdes.
Quiero estar a tu lado y dibujar cosas sin sentido sobre tu piel.
Quiero abrazarte y sentir que quiero estar así eternamente.
Quiero escuchar tu risa contagiosa y reírme.
Quiero dibujar suavemente tus labios con las yemas de mis dedos. Y con mis labios también.
Quiero sentir tus manos acariciando mi pelo, porque sólo me gusta cuando lo haces tú.
Quiero que no dejes de sorprenderme, porque no sé cómo lo haces, pero siempre es así. Y no me gusta, me encanta.
Quiero juguetear con mis dedos en tu pelo corto cuando estás tranquilo cerca de mí.
Quiero abrazarte por la espalda. O de mil modos más.
Quiero que me cojas por los hombros cuando vamos por la calle y me beses en cada semáforo. Y también cuando no haya semáforos, cuando te apetezca.
Quiero mirarte embobada mientras me cuentas alguna de todas esas cosas que sabes.
Quiero mirarte mientras cocinas, ya sabes que me gusta.
Quiero aprovechar todos y cada uno de los escalones que se crucen en nuestro camino. Y las paredes. Y los bancos. Y... Todo lo que se nos ocurra.
Quiero decirte todas esas cosas que no se dicen con palabras, porque no existen.
Quiero tenerte tan cerca que... Sea mucho más.
Quiero un beso de buenas noches todas las noches. ¿Me lo das tú? ¿O te lo doy yo?
Quiero sentir el calor de tu cuerpo rodeándome todas las noches antes de cerrar los ojos.
Quiero que seas lo último que vea antes de dormirme. Y, ¿quién sabe? Hasta soñar contigo.
... Todas estas cosas son las que quiero.
Y muchas más que seguramente me dejo
y que harían de éste un post interminable.
Y en las que pienso cuando no puedo dormir.
Y muchas más que seguramente me dejo
y que harían de éste un post interminable.
Y en las que pienso cuando no puedo dormir.
0 comentarios:
Publicar un comentario