22 junio 2011 | By: Denebola

NJSR

Así me hallo ahora mismo, escribiendo el último post de Dene 3.0 en mi terracita, tabaco y mi amiga Ámbar a mi vera, un pequeño homenaje que hemos decidido darnos a solas Dene y yo, haciendo balance del año que estamos a punto de dejar atrás en esta noche de verano fresquita. Bueno, no les mentiré, de hacer balance, nada, tenemos la mente viajando a lugares donde no deberíamos de estar. Del mismo modo que esta Ámbar no debería estar aquí a mi derecha.
¿Que dónde me gustaría estar? Muy sencillo.
Si por mí fuera, ahora mismo estaría recorriendo el camino para que mañana me nombrasen presidenta de la plataforma NJSR.
Me apetece un montón esta noche, la verdad.
Ahora mismo, me iría de tapeo al Museo de la tortilla, cervecita incluída, un paso por el libanés a picar un poco de hummus, cervecita incluída, una paradita en cierto bar vasco que tienen un surtido divino de croquetas que no sé por qué me apetecen ahora mismo en su terracita en plena plaza España, cervecita incluída. Por supuesto, con cierta compañía, que tengo en mente a unas cuantas personas que no podrían faltar, aunque se tengan que hacer unos kilometrillos... Total, es mi noche ideal, no cobran por cada cosa imposible que se desea... Creo.
Y luego, para ir calentando motores, a ese bar que llevan un par de cubanas y que hacen unos mojitos y caipirinhas de infarto. Y a quien no les gustase, no hay problema, también tienen otras cosas, el caso es estar todos juntos alrededor de la mesa en modo Stop here, con la ironía a punto de nieve. Y también ese antro de mala muerte que, no es que me guste especialmente, pero esque tiene diana y futbolín, y me apetece hacer el indio de las 2 maneras...
Después me va a apetecer bailar, así que tengo en mente unos 3 ó 4 bares, especialmente uno en el que cuando entraba no tardaba mucho en escuchar "Cementery Gates" y más tarde "Symphony of destruction" y "Chop Suey". Y aunque el camarero se ganó a pulso el mote de "el lechuzo", por su cara de palo, sus pocas palabras y su manía de observar como dicho animal, es un niño encantador que nos invitará a un chupito de vodka negro. Y otro en el que... En el que a ustedes no les importa lo que hice, porque pienso hacer lo mismo.
Y el resto de la noche... El resto de la noche no se lo cuento. Mejor que lo haga mi vecina.

;)