16 diciembre 2007 | By: Denebola

200 entradas, millones de recuerdos.

Ayer mi compañera de trabajo tuvo un detalle que me pareció bonito: se iba de vacaciones de Navidad, y yo me quedo sola con todo su trabajo (qué valor tiene la mujer, dejarme con tanta responsabilidad sabiendo que soy relativamente novata... Bueno, mucho valor, o mucha confianza en mí, depende cómo se mire), así que me regaló una moneda de su colección: "Toma, para que te dé suerte estos días aquí sin mí". No fue un gran regalo, pero fue un detalle que me gustó mucho.
Ahora tengo "One penny" pululando por mi monedero.
Cuando ella vuelva de sus vacaciones, la guardaré en la caja donde suelo guardar todas esas cosas que para mí han sido importantes. No me gustan demasiado las fotografías, prefiero guardar cosas que me recuerden a algo o a alguien, que un trozo de papel (o de pixels) que lleve impreso algo. La memoria es siempre menos objetiva que una imagen, y para mí es mucho mejor recordar las cosas tal y como están en la memoria de uno mismo, porque llevan implícitos mil sentimientos y sensaciones, y eso le da a las cosas un toque que no recoge una imagen, un toque que sólo uno mismo puede guardar.



Así que hoy, por mera curiosidad, abrí la dichosa caja. He encontrado mil cosas. Mi camiseta de mi primer equipo de voley con las firmas de todas las petardas que estábamos allí, la segunda camiseta del equipo de voley junto con una de las alineaciones y "estrategias" del super-entrenador, la cinta de un trabajo de inglés haciéndole una entrevista a Roxette (no comments al respecto), unas servilletas con la "reproducción" de la carpeta que supuso unas "vacaciones forzadas", un guante de un disfraz de demonia de una amiga, un paquete de Marlboro vacío y un caramelo de esos de gominola cubierto con azúcar de un fin de semana inolvidable, unos billetes de AVE al fin del mundo, una carta de una amiga que ya no está, otra carta de una amiga abducida por una... llamémosle secta... En fin.
Aunque no todo está en esa caja. Por mi habitación (la de aquí y la de allí) tengo mil cosas más: el primer dibujo de mi prima (una mariposa un tanto fea con mi nombre), las normas de seguridad de planta de General Motors, el primer dibujo de un ferrari de mi primo, los cuernos de mi disfraz de demonia, mi primera muñeca de los 3 años, una Skipper regalo del viaje (larguísimo y eterno para una cría de 5 años) a San Francisco de mi padre, el mini peluche verde de mi viaje a Dublín (los muffins no duraron demasiado...), las camisetas y la bufanda del Real Zaragoza de la Recopa (oh, my god...), mi orla de COU de mi primer año en Zaragoza (mi amado R entre ellos, como lo calificó alguien en su día...), mi camiseta de las fiestas de facultad de 1º, mis dibujos y óleos de aquella época en la que dejé salir libremente a mi inspiración... Y cosas que suelo llevar cerca como la moneda, el cascabel regalo de mi tía en mi primer día en Zaragoza (alias "el reclamo"), el colgante "embrujado" de uno de mis viajes, un anillo regalo de una amiga que ya no está, mil pendientes de recuerdo de mil sitios...
Sin embargo, hay muchas cosas que no puedo guardar para evocar recuerdos.
Hace 3 años, empecé a dar mal por la red. Entré en un canal de un chat cuyo nombre todos conocemos, y en lugar de discutir y liarla parda como la gran mayoría hace, les dejé ver a la carismática DeneBorde. Y a alguien debió gustarle mi estilo, porque acabé moderando allí. La gente pierde el sentido por llevar una @ delante, y yo, sin saber siquiera lo que era, allí estaba. Hay quien piensa que es una fiesta contínua eso de moderar, pero ya me gustaría encontrar alguno de los logs con personajillos de los que pululaban por ahí para que leyeran lo que realmente es.
Así conocí a 3 personas a las que tengo un gran aprecio: 3 parientes del mismísimo diablo en persona cuyo nombre o nick no voy a mencionar (soy más elegante, ¿qué pensaban?) a los que me unieron las circunstancias y con los que compartí penas y alegrías, y cuyos únicos recuerdos sólo están en este PC.
Igual que los recuerdos del chat en el que estoy ahora (la jefa... jejeje).
Donde conocí al Playmóbil, callado, amigo de su mp3 (debía echar humo, porque no dejaba de sonar Sopa de Cabra una y otra vez), en un canal que hoy en día no existe... ¿Hace cuánto, Playmóbil? ¿Año y medio? Recuerdo nuestras conversaciones acerca del maldito verano y el carnet de conducir... Y luego el mítico canal del deporte Rey. Allí nacieron el Playmóbil y Legolina, obra y gracia del murZiano y el bro. Yo personalmente los llamo Los 3 mosqueteros, pero todo lo que pueda decir de ellos, se queda corto, hay que verlos en acción: no queda títere con cabeza por allá por donde pasan.
Después vinieron Zipi y Zape con sus frikis del Ragnarok (con cariño, ¿eh?) y mi época dorada con la radio...
Y no puedo olvidarme de mi entrada (¿triunfal? :S) en Stop Here. Sólo a mí me podía pasar registrarme en un foro y olvidarme de la contraseña. Pero ahí estaba el CoCo para rescatarme de mi desdicha (por algo es mi Diosa...). Después de pagar la cuota de afiliamiento al Señor Miedo (?), recibí el caluroso recibiemiento del Señor Pirómano. Y allí sigo, haciendo amigos... O quizás, más bien, deshaciéndolos ;)
Ni de la recién renacida Corrosiva, donde un Zeviyano jevimetalero trata de imponer el orden junto a un malagueño Octogenario un tanto vago (Zape, para mí), entre una banda que no tenemos remedio...
Guardo logs, la primera canción que me pasó el Playmóbil (The Ghost of you, My Chemical Romance), el primer dibujo via skype del CoCo (qué grande), un dibujo de una casita, mi foto en pose sugerente y ligerita de ropa, archivos de audio de "Las voces", varios privados de un forero pidiéndome que procediera a mi autoexterminio, un embarazo de quintillizos (el padre me cuida mucho, no se procupen... ¿O estará cuidando de mí para tener un mini-ejército que dominará el mundo?)...
¿Y de todo esto? ¿Qué guardo de este blog?
Pues 200 entradas, 32 mías, con esta. Mil y una divagaciones e idas de cabeza, alguna que otra baba de E-mail (nunca me acuerdo de limpiarlas, tendré que recordármelo en un post-it), un antivirus de MaDriZ, un blog donde leer los comentarios de los partidos que no he visto (gracias Dreik), millones de comentarios con los que me he reído... Un lugar donde poder decir lo que pasa por mi cabeza por aberrante que parezca, gracias al Playmóbil.
Eso es Un Rincón Aparte para mí.


FELICES 200, UN RINCÓN APARTE.

8 comentarios:

URAPlay dijo...

Joder, que emotivo. Estoy llorando joder.

DreiK dijo...

Sublime

Denebola dijo...

Me alegro de que les haya gustado.
Como ayer no pude publicar nada, quería hacer algo que mereciera la pena, y lo cierto es que no sabía muy bien cómo empezar...
Me alegro de haberlo conseguido ;)

Blog dijo...

Me ha llegado...

...que al final del post se acuerde de mi antivirus.

Anónimo dijo...

Que bonito, pero que requetebonito...

Que alguien me traiga la insulina por el amor del Fary, del oso de Stop Here y los ridículos avatares japoneses de Elros. No puedo metabolizar tanto almíbar.

Por cierto, una vez me comentó que tenía por casa un sobrecito de papel metálico y con forma cuadrada. ¿Lo ha abierto ya? No lo menciona.

Denebola dijo...

No, le estoy esperando junto con el champan, las fresas y el chocolate, pero a este paso, creo que tendré que abrirlo por mi cuenta...

Blog dijo...

Peladilla... han dicho que tus avatares japoneses son RIDÍCULOS. ¿Algo que alegar?

Anónimo dijo...

Yo no he llorado, lo siento.

Y sí, estoy ausente, entre los exámenes, y la otra (y única) cosa que ronda mi cabeza, pues no estoy mucho por aquí -lo cual no quiere decir que no me acuerde de esto.

Sí, yo conocí a Elros y a Dene en una sala de chat, en la cual me metí por insistencia de alguien, y bueno, esas cosas. Yo lo único que tengo para acordarme de muchos momentos "internetiles" es mi memoria, dada mi incompetencia informática que todos conocéis, pero aseguro que guardo muchos momentos, como alguien diría, soy un parto aprovechado.No sé si eso es cierto, peor es un ejemplo de todas las cosas de las que me acuerdo. Y en fin, supongo que tengo que seguir estudiando..