15 enero 2011 | By: Denebola

Menos humos, oiga

Este año ha entrado en vigor la nueva Ley Antitabaco. Qué voy a decirles que no sepan ya...



Me parece estupendo que se proteja a los niños de los humos del tabaco y que haya ciertos sitios en los que no se pueda fumar, pero creo que esta Ley se pasa de castaño oscuro. Y no me ha extrañado el tremendo rechazo que ha producido, por eso no me he escandalizado al ver cómo un propietario de un restaurante se ha cargado a mazazos una máquina de tabaco, por ejemplo.
Y esque no se puede pasar de la B a la Z sin anestesia y pretender que uno calle y otorgue. ¿O esque pensaban que los propietarios de bares y restaurantes iban a quedarse calladitos después de que gastasen miles de € en acondicionar los locales para zonas de fumadores y no fumadores? ¿Acaso no les parece incoherente que se prohiba fumar en prácticamente cualquier lugar público, pero que les permitan vender tabaco?
A mí me parece que este gobierno abanderado de la tolerancia se acaba de coronar. Si tan tolerantes somos y no consideran el tabaco un bien indeseable, lo más coherente es la coexistencia de las 2 opiniones, ya que uno es libre de fumar o no. Y si lo consideran un bien indeseable, lo más coherente sería prohibir el tabaco. Pero todos sabemos que al gobierno no le interesa prohibir la venta de tabaco, puesto que una de las principales fuentes de ingresos de la Administración Pública son los impuestos especiales (gasolina, tabaco, bebidas alcoholicas).


Que les digan ahora a esos pobres abuelos que no tienen otro entretenimiento que ir a echarse la partida de mus con su copita de anís o pacharán, con su cigarro o su puro, que ya se pueden ir a la puñetera calle a jugar a las cartas si lo hacen fumando, porque, oigan, con el recorte de las pensiones, tampoco es que se puedan permitir mucho más vicio que ése o la petanca. Que les digan a los forofos del fútbol que si quieren ver el partido de la semana con sus amigotes en el bar, ni un puñetero cigarro (con lo que jode salir del bar a fumarse el cigarro y escuchar desde dentro eso de "¡¡¡gooooooooooooool!!!"). Y así un largo etcétera.


Francamente, no creo que España, país de la caña y la tapa, esté preparada para un cambio tan radical sin anestesia. Sobre todo cuando Holanda, donde si fumas tabaco estás peor visto que si te fumas un porro, acaba de suavizar la ley antitabaco.


Como ya me dijo una chica hace 6 años en Dublín, "Aquí que no se puede fumar en ningún bar, no vuelves a casa oliendo a tabaco, vuelves oliendo a tigre y no porque seas tú, esque descubres que la gente no se ducha". Aunque ése es el menor de los problemas. En concreto, aquí en Zaragoza, a pesar de que por las noches los inspectores no trabajan de noche y no te clavan una multa por fumarte un cigarro dentro de un garito, la gente se sale a fumar fuera por respeto al prójimo, pero resulta que aún somos muchos los viciosos, y la gente se queja del ruido que se monta en las calles por las noches. También resulta que los dueños de bares y restaurantes ven cómo sus ingresos están cayendo en picado porque hay mucha gente que no está dispuesta a joderse de frío o renunciar a un pitillo si se quiere echar una caña o un café. Además del "buen rollito" social que ha generado esa invitación al chivatazo a la hora de poner multas. Y sin contar que, ahora que la Ministra Sinde se plantea eso de que la Seguridad Social financie los tratamientos para dejar de fumar, los ingresos por el tabaco no creo que vayan a cubrir todo eso, porque hay muchísima gente que ha decidido quitarse el vicio ante la subida del precio del tabaco y una ley tan... Mejor me callo el adjetivo.

Auguro un futuro muy feo donde los bares y restaurantes van a caer como moscas ante la caída de ingresos, y, por extensión, el turismo, ya que dejaremos de ser el "país del sol y las castañuelas" donde todo guiri que se precie viene aquí a desmadrarse (si terminamos con muchos de los bares y la fauna autóctona ya no "toca las castañuelas", ¿quién coño nos va a seguir?). Lo demás, se lo pueden imaginar. Creo que España no está preparada para algo así.

Además, me parece de traca que ni siquiera la policía esté al tanto de las condiciones de los lugares donde se puede fumar y donde no, porque, por ejemplo, y por si ustedes tampoco lo sabían, en una terraza donde haya más de 2 paredes, si usted está fumando, le puede caer una multa preciosa. Aunque, claro, he visto mucho policía pasando de dicha infracción, no sé si por ignorancia o porque directamente se la traía al pairo. Además de que, cuando vas andando por la calle cigarro en mano, las madres se cogen a sus hijos apartándolas de tu paso como si fueras un violador o un terrorista de Al Qaeda. ¿Hasta qué punto hemos llegado?


Personalmente, soy de esas personas que ante tal dilema, entre dejar de fumar o dejar de salir, he optado por lo segundo, ya que, lo que me gasto en una noche de fiesta, me sirve para financiarme 2 semanas de tabaco. Al margen de que, cuanto más me imponen, menos me gusta acatar la orden. Ya me montaré mis fiestas en casa, mucho más asequible al bolsillo y donde sí puedo fumar... Por ahora. Igual un día de éstos este gobierno de la tolerancia nos lo prohíbe también.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No, un fumador no es libre de fumar donde quiera, cuando esta JODIENDO la salud de los demás, me parece cojonuda esta Ley, lo único bueno que han hecho. Si se quieren joder la salud, lo pueden seguir haciendo, en espacios abiertos, donde el humo del tabaco no perjudica a nadie.

Denebola dijo...

Cuando fumas en una zona habilitada sólo a fumadores no se jode a nadie más, a no ser que esa persona quiera. Que yo sepa.

Esa actitud no es tolerancia.

Anónimo dijo...

Muy bien, supongamos un grupo de amigos que van a cenar, 2 fuman, 2 no. Sabes en que zona van a terminar los 4 cenando verdad? No solo eso, si no que el camarero que trabaja 8 horas diarias, fume o no fume tiene que servir a esa gente y probablemente sea un mandado que o lo hace o se va a la calle, y solo he entrado en la hostelería. No me hable de tolerancia porque los primeros que no respetan a los demás en amplia mayoría son los fumadores.

Denebola dijo...

¡Oh, Fary mío! Me llena de orgullo y satisfacción que siga comentando, y sobre todo que me lleve la contraria, voy a llorar de la emoción, en serio :)
Ahora, si se pone un nick, me hará feliz del todo (bueno, casi del todo). No es nada personal, esque me gusta saber con quién hablo, aunque sea un nick falso.

A ver, no sé con qué clase de fumadores se ha topado, pero yo nunca he tenido ningún problema en preguntar si a alguien le molesta que fume, procurar no molestar al prójimo, ni cenar en un restaurante donde no se pudiera. Se trata de convivencia, el problema viene cuando te imponen algo, la reacción más normal es ir contra el sistema. Además, y al hilo de la "tolerancia" entre las 2 posiciones, ¿acaso usted no es más flexible con la familia directa que fuma en su propia casa?

Por si no lo he dejado claro en el post, el problema de esto es que las medidas de esta ley no están siendo progresivas, y esque pienso que España no es igual que Irlanda, Italia, o cualquier otro país en los que ya haya sido aplicado algo así. De cualquier modo, me parece hipócrita que se aplique una ley así de restrictiva y que se permita la venta de tabaco. Si tan malo es, ¿por qué no se prohíbe? Porque tanto a productores como a todo el mundillo del tabaco, y además, el Gobierno, no le interesa que se deje de consumir.
Y si no se considera un bien indeseable y en consecuencia no se prohíbe, como mucho, se deben regular los efectos externos que produce su consumo (los malos humos, vamos) haciendo que NADIE salga perjudicado: ni el que fuma, porque le produce una satisfacción, ni el que no fuma, porque le molesta. Y esta ley, pesa más de un lado que de otro, así que no es coherente por ningún sitio.
También me parece hipócrita porque me gustaría saber cuántos de los altos cargos del gobierno se fuman su cigarro en el despacho sin que ni cristo diga ni mu. Al margen de que me hace gracia que los inspectores no trabajen por las noches, que es cuando más se fuma.
Sé muy bien que esta ley es una cortina de humo para que nos olvidemos de lo jodidamente jodidos que estamos, como dice alguien, mientras unos pasan el mono y otros nos dedicamos a enzarzarnos con la polémica.

De cualquier modo, no pase pena, como decía mi abuela, con el precio que lleva el tabaco es casi más asequible ponerse hasta las cejas de rayas y de porros.