12 diciembre 2010 | By: Denebola

Ladrillo pt.1 (y espero que no haya más)

Nunca me ha gustado pintarme las uñas.
Aparte del hecho de que soy una auténtica negada para hacerlo. Siempre me ha gustado verlas tal y como son. Las pocas veces que me las he pintado ha sido de rojo intenso o coral (no, no tengo ni puñetera idea de qué color es ése, sencillamente lo pone en el frasco). "Tienes unas uñas preciosas", y me miré mis uñas y, ¡qué coño! sí, son bonitas. Y las llevo moradas. Me gustan, el color es muy bonito, a mí me gustan. A quien no, que no mire, es algo que me da bastante de lado. Aunque eso no quita que sea una negada a la hora de pintármelas.

Hoy he sentido como si me abofetearan.
Sí. Ha sido... Como recibir un guantazo programado cada X tiempo. Hasta que he decidido actuar como si no me afectara nada, como un expectador. Y era eso lo que quería... Y entonces, lo de ayer y antes de ayer, ¿qué coño ha sido? No he querido pensarlo. Era volver a lo mismo.
Para mí lo más duro ha sido escuchar eso de "te echaba de menos" de una persona que no significa apenas nada para mí. Sé por qué lo dice, pero también sé que le ha salido del alma.
Es realmente jodido escuchar unas palabras tan sinceras, casi con lágrimas en los ojos, de alguien que nunca se ha preocupado por ti, y no de quien esperas que salgan. Ni por asomo. Al revés, hasta se ha portado mal y egoístamente.
Y yo ni me he canteado.
Un muy buen amigo me dijo una vez que tengo una voz capaz de derretir los cascos polares. Sé que lo decía porque piensa que tengo una voz sensual (para gustos, los colores, oigan), pero, cuando eres capaz de hacer temblar el mismísimo polo norte, pero no te emocionas al escuchar ciertas cosas, te preguntas si el polo norte no estará dentro de ti.
Ya no sé si es que la vida te da un revés detrás de otro y te vuelves insensible, o es sencillamente que no me sorprende que haya actuado así. No lo sé. Ya no sé si me duele, o no me duele, o qué.
Tampoco sé si nos está manipulando o es que se lo niega a ella misma.
Ni siquiera sé si me importa.
Suena frío, sí. Demasiado. Sobre todo viniendo de alguien que me importa mucho.
Quizás es que no me importa tanto.
O sí me importa, pero he construído ya un muro alrededor mío que hace que nada me afecte, ni me importe, ni me duela, ni me haga sentir absolutamente nada porque ya no quiero que me haga más daño.
No tengo ni puñetera idea.
Tampoco sé si me apetece pensar en ello o si quiero hacerlo.
Ahora mismo me da la sensación de que soy un puto tormo de hielo.
Y sí, puede que si me pudieran ver, aparentemente pensaran que me importa, pero yo sé que ni siquiera me ha hecho un rasguño. Quizás debería hacerme infinitamente más daño.
Y eso es precisamente lo que me preocupa, que me veo demasiado insensible, porque en realidad no soy así. Me pregunto si me he vuelto tan fría como ese polo norte que soy capaz de derretir con unas pocas palabras, si he dejado de ser yo a base de bofetadas, porque si algo me jodería, es eso, dejar de ser yo.

No hay nada como conocerse a uno mismo, al menos un poco. Mi prueba de fuego:



Ni se imaginan lo gratificante que es echarse a llorar a veces.
Si esta canción sigue haciéndome llorar, el problema no soy yo.
Aunque la consecuencia sea una decepción brutal, por lo menos mi integridad sigue intacta, cosa que, aunque nunca he visto quebrarse, sé que me dolería infinitamente más.
Un guantazo de realidad nunca es fácil, pero lo prefiero. Puedo asimilarlo. Quizás tan sólo me estaba preparando para ello, ¿quién sabe? Mi subconsciente opera de una forma autónoma a mí, pero jamás me ha fallado, ha estado ahí para recoger mis pedazos. Aunque esta vez sólo me ha tendido la mano...
Es grato tener a tu parte más fuerte esperándote.

Y ahora me apetece gritar de una forma brutal... Aunque, si lo pienso, tampoco es así. Me ha rescatado ya esa parte increíblemente fuerte de mí y sé que sólo gritaría por una causa, y esa causa, ahora mismo es la que me arranca la mejor de mis sonrisas.

Y, joder, qué bien sienta...

:)