24 enero 2013 | By: Denebola

Avisos oníricos o por qué no recurrir a un psicólogo

No sé qué relación tendrán ustedes con su propio subconsciente, la mía, si bien mi relación con Morfeo era un tanto inconstante a la hora de venir a visitarme, solía ser cordial. Solía. Porque ya no tengo nada claro que aprecie mi integridad física y/o mental.
El tema de los sueños siempre había sido para mí una forma de que mi parte irracional hiciera un borrón y cuenta nueva de todos los restos involuntarios que iba registrando mi mente y los recompusiera de alguna forma, la mayoría de las veces divertida o sorprendente, o de resolver algún tipo de conflicto que me había llevado de cráneo durante más o menos tiempo (¿quién no ha resuelto algún problema laboral en sueños? Yo incluso he llegado a repasar temario de exámenes mientras dormía...). Pero últimamente tengo más que claro que aquí mi yo subconsciente me está pegando un bofetón detrás de otro.
Nunca había pensado seriamente en el análisis de los sueños hasta que a los 25 años tuve uno de esos sueños de libro de psicología de los cuales yo me reía por dentro y me preguntaba quién tendría esa clase de sueños.
Bien, pues sí, bonita, tú, tú los tienes. Soñé que se me caían los dientes.
Y al contrario de lo que se puedan ustedes pensar, la sensación es angustiosa y horrible. Lo que viene siendo un mal sueño. No le hice mucho caso al principio, pero el tema no salía de mi cabeza y me encontraba dándole vueltas una y otra vez hasta que decidí preguntarle con bastante poco interés a mi amiga psicóloga. Y la sorpresa vino cuando me dio su interpretación y más tarde me di cuenta de que no es que tuviera sentido, es que yo misma me estaba advirtiendo.
Bien, pues con estos antecedentes, volviendo a tener el mismo sueño, el tema ha avanzado. Ya no sólo sueño con eso, ahora sueño con mi propia muerte. Y no hablo de un mal sueño, hablo de despertarte por tus propios gritos, con el pánico impreso en la cara y el corazón al borde del infarto. Pesadillas con todas las letras, con un realismo abrumador.
No sé ustedes, pero no yo no acostumbro a despertarme así. Nunca en mi vida adulta me había pasado. Es más, los que me conozcan bien estarán riéndose porque yo soy de las de "5 minutos más", de darme media vuelta y volver a dormirme como si no me hubiera despertado. Irónico, sin duda.
Pero lo más gracioso de todo es que estoy empezando a asombrarme de lo creativo de mi subconsciente, dejando a un lado la faceta horripilante de mis sueños. Y es que, soñar con tu propia ejecución, con tu asesinato en un edificio abandonado a manos de un desconocido a quien no le ves la cara a pesar de ver claramente cómo hunde la hoja de un puñal en tu pecho, o con la posesión del cuerpo de una amiga por parte de un supuesto ex compañero muerto de colegio para llevarte al más allá, cuando las películas de terror nunca te han dado ni frío ni calor, ni les prestas el más mínimo interés, no deja de sorprenderme.
Como ya llevo varios sueños del mismo tipo seguidos y la idea no se me va de la cabeza (es más, tiemblo sólo de pensar con qué va a sorprenderme mi yo despiadado cada vez que me voy a la cama), he decido recurrir a mi buena amiga psicóloga, puesto que no me fío en absoluto de lo que pueda encontrarme en internet, aún sabiendo que la chica ya no ejerce y que no está precisamente en su mejor momento.
Sus palabras han sido: "Hasta que no sueñes que violas a tu padre después de azotarlo, no tienes de qué preocuparte". Ahí, dándole ideas a mi hiperactivo yo irracional, como si le hicieran falta. Siempre he pensado que los psicólogos no están muy bien de la azotea, pero ahora que soy consciente de que están peor que yo, ya les digo que me va a psicoanalizar su padre. O el mío, en caso de que decidiera contarle ese sueño.
¿Qué esperaba de una persona que soñó a los 15 años con matar al mundo entero con una toxina gaseosa?
Así que aquí ando, informándome al respecto y temiéndome haber perdido el último tornillo bien encajado de mi cada vez más atormentada cabeza. Lo que me consuela es comprobar que hay más gente de la que me imaginaba que ha tenido un sueño parecido (vale, igual no tiene mucho mérito que mi amiga siniestra de toda la vida haya tenido el sueño de que la entierran viva, pero algo es algo), y casi me alegro de haber sido tan creativa al respecto...