11 agosto 2010 | By: Denebola

Gloriosas excepciones pt. I

Estos días de verano, la mejor hora para mí son las 8 de la mañana. ¿Quién me iba a decir que yo diría una cosa así? Pues sí, lo es, la ducha me sienta de vicio después de salir a correr y, cuando salgo, todos están durmiendo y lo único que siento es una tranquilidad absoluta y el olor a café recién hecho inundando la casa. Eso y un cigarro, el momento perfecto.



Al hilo de lo que escribí ayer, hoy, mientras corría, me ha venido una persona a la cabeza, una gloriosa excepción a la que quiero mucho y de quien me acuerdo menos de lo que debería.
Anoche supe de él, y hoy no he podido más que recordar. Aún no entiendo cómo nos podemos llevar tan bien, aún se me llevan los demonios al pensar en su santa pachorra, y eso que yo no es que sea la persona más activa del mundo. "¡EH! Con calma...", era su frase, y esque, su mundo giraba muchísimo más despacio que el de los demás, y lo de las prisas nunca ha ido con él.
Nunca bajaba a la hora para ir a la playa a jugar a voley, nunca tenía ninguna preocupación, una persona feliz y despreocupada por naturaleza, aunque, si había que tomar partido en cualquier asunto, tampoco tenía ningún problema.
Un ser peculiar e intrigante. También desesperante, todo hay que decirlo.
Con él pasé mi último día en Salou, antes de venir a Zaragoza, hasta las 11:30 de la noche en la piscina, hablando. Estaba acojonada, y lo cierto es que, de no haber sido por su alma tranquila, me habría dado un ataque de nervios.
Le dije que ni se le ocurriese acercarse al bus al día siguiente, odio las despedidas, pero hizo lo que le dio la gana: se llevó a todo el equipo de voley playa, y me hizo bajar del autobús para despedirme. En su momento, le habría cogido del pescuezo (si llegase, claro), hoy se lo agradezco.
Es esa clase de persona a la que te gusta tener siempre cerca porque, aunque es un vago indecente, es una de las mejores personas que conozco.
¿Qué se puede decir de una persona que lleva 1 año trabajando en Francia y lo único que de verdad le duele es no tener cerca a su novia? Pues que es una gloriosa excepción. Y que me alegro de que se haya cruzado en mi vida.
Estoy deseando que vuelva para cobrarme unas cervezas... Sí, bueno, también me apetece verle.

2 comentarios:

::::::::::::::::::::::A-Zeta (Revista abierta a participación)::::::::::::::::::::::::::::::::: dijo...

Increíble, impagable el video de la niña.

Denebola dijo...

Le agradecería que la próxima vez comentase en el post correspondiente. No es mucho pedir, un click más abajo.
De cualquier modo, gracias por el comentario.