mini-relato: Y sin embargo, duele

El se puso el guante, mientras el látex se estiraba entre sus dedos , miré nervioso a mi alrededor, él me pidió que le mostrara el camino, pero yo temía, tenía miedo de un lugar tan pulcro como ese, pero el me dijo, tranquilo, solo fijate en esa ventana y yo sabré llegar, sus cálidas palabras me hicieron decirselo empujado por el miedo y la resignación, y como me prometió, con su mano, encontró donde tenía que ir, es bueno para mi me decía, pero, sin embargoo, duele...