26 septiembre 2008 | By: Anónimo

Fumando espero...

Y como diría la canción. Esperando me hallo, sí, y mientras con una maldita frase en la cabeza, que un "amigo" tuvo a bien decirme el otro día. Amigo entre comillas porque lo es de verdad, y me dijo esa frase sin saber el efecto que iba a tener en mi persona, por supuesto que no para hacerme daño. "Tu vida es una mierda, y lo sabes". Me la dijo sin pensar, no dirigida a mí, sino contándome que la había visto pintada en un sitio, y le había hecho gracia. Bien, a mi me dio qué pensar. Y hoy aún me ha dado más que pensar.
Pongamos por caso que, me afecta. Sí, por supuesto que hay muchos grados y ámbitos distintos en los que la vida de una puede ser una mierda. Puedes tener un cáncer, gonorrea, ser hermafrodita, ser autista, infrahumano, morirte de hambre.... o morirte de otra cosa. Y no hace falta que se note que te mueres. Vaya, no hace falta empezar muriéndose físicamente, puede ser interiormente, lo cual seguro a largo plazo provoque la muerte exterior, pero creo que en este caso sería muy a largo plazo. Hay veces en que por x o por y, o por H mismo, existen zombies a los que no ha hecho falta matar antes para transformarlos. Me explico, porque ya he dicho hoy varias veces que es que me estaba volviendo loca y puede que así sea, por lo que no se me entenderá. Bien, hay quien, por lo que sea, cae en un estado de catatonia, no perceptiblemente alejado de su estado normal, pero a la vez, tan lejos de sentir cualquier cosa, que asusta. Asusta sólo seguir por inercia, asusta de verdad a veces, sobretodo cuando las dos partes de la persona se quedan a solas e interactúan. Es entonces cuando más asusta, porque es cuando más se siente. Y a la vez, es cuando más duele. Y realmente, uno se pregunta si la inercia es por cobardía, por aprecio al bien jurídico del que hablo, o por cualquier otro motivo, ya sea una absurda y gilipollas esperanza de algo. Y un mísero recuerdo( hay muchos más, y nada míseros, muy bien grabados a fuego, nunca mejor dicho, pero por decir algo) sirve para que duela, pero a la vez, sirve para vivir. Da vida. ¿La esperanza da vida? No lo sé. No sé si es esperanza, o simplemente melancolía. No debería de pensar ciertas cosas, pero se piensan, aunque no se digan. Y no pasa un puto día sin que piense en lo que no debería de pensar, por propia salud mental(cosa de la que ya empiezo a carecer un poco más), o por simple sentido común, o por simples consejos, pero una, no puede resistirse a ese momento de locura. No puede, y si no puede, es que no, coño. O a lo mejor, no quiere. ¿Y qué? Nada. ¿Cómo podrían saber ellos que yo estoy/estaba/estaré disfrutando de un repentino ataque de locura? No podrán, y si lo intuyen, que no creo, no lo averiguarán. Y aunque lo hagan, yo los seguiré disfrutando, esos momentos, aunque después venga el mono, aunque después de oir esa voz, como ahora, la necesite aún más, aún así, me sentiré extasiada por un instante, o quizá dos, o varios minutos, y por eso, merece la pena pasar el mono y lo que haga falta. Por un simple tono, o un simple olor, o un simple tacto, o cualquier simple cosa que se pueda percibir con los sentidos normales o con los que me imagino tener yo. Por eso, haría lo que fuera, bien lo sé, y lo sabe. Y de eso, no me arrepentiré nunca.
Disculpen esta divagación de madrugada, pero, no lo he podido evitar. He dicho.