"El buitre leonado espera paciente a que su presa desfallezca..."
No, no voy a dales una lección magistral a lo Félix Rodríguez De La Fuente (aunque quizás la mayoría no sepáis ni quién es) sobre la fauna que habita el país. Aunque, si hablamos metafóricamente, sí...
Me refiero a la fauna sociológica.
El buitre. Ese personajillo que está ahí en la sombra (sí, esta vez no da lo mismo que sea hombre o mujer, en otra ocasión les hablaré de las lagartas), camuflándose como un elemento más del entorno, pero, que lo único que hace es fijar un objetivo.
Cuando tiene localizada a la presa, empieza la labor de investigación. Se dedica a observar y analizar todos sus movimientos con el único fin de encasillarla y establecer un plan de ataque.
Y cuando la presa muestra signos de flaqueza o de acercamiento... ¡Ataca!
Hay dos tipos: el buitre que tiene asumido su condición de buitre y que come carroña (es quizás el especimen que causa más revulsión... ¿Quién no ha salido de fiesta y se le ha quedado cara de croquis ante el personajillo que está intentando ligar con la más fea del lugar sólo porque es la que tiene más posibilidades de caer en sus garras?); y luego, el buitre que se cree un gran gourmet y, aunque lanza la caña a diestro y siniestro, se empeña en dar una imagen de caballero engalanado y selecto (estos ejemplares, una vez bien identificados, lo único que producen son ganas de cruzarles la cara, ¿para qué mentir?).
La diferencia entre estas dos variantes es la presa que les acompañe, y su porte.
Mientras que el primero sólo parece un baboso, el segundo parece el amo y señor del mundo, pero, atención, sólo lo parece, porque, en el fondo, los dos buscan lo mismo, solo que al primero, la presa le da lo mismo con tal de conseguir su objetivo, y al segundo, le importan demasiado las apariencias como para ir acompañado de cualquiera, y ha hecho una gran selección entre todas sus opciones hasta encontrar una que reune las cualidades que él considera oportunas...
Mientras que el primero no se esfuerza mucho, el segundo puede estar pico-pala hasta cansar al más pintado. O mejor dicho, a la más pintada. Pero, ojo, estos últimos no siempre consiguen lo que quieren. Y entonces, para guardar las apariencias, inventan mil y una historias enrevesadas con el fin de dejar por tierra a su presa y quedar ellos por encima en lugar de aceptar una derrota.
En cualquier caso, siempre podrán diferenciarlos por deambulear carroñeramente cerca de una mujer, algo así como cuando el buitre vuela en círculos sobre un animal semimuerto.
Como no suelen entender un No por respuesta, lo más rápido es el tan socorrido bofetón, sobretodo para evitar que crucen ciertos límites, aunque, si tienen paciencia para esperar que se aburra... ¡Allá ustedes!
La Ñeka ha hablado.
4 comentarios:
Coincido contigo. Hay buitres ahí fuera, y son muchos... Luego hay hienas, también carroñeras, gusanos, gilipollas y baZura XD
Y FarZas.
Hay muchas y distintas maneras de echar a los buitres a patadas. Incluso se puede ser graciosísima. Como lo que te conté el otro día, codiosa. ;)
También se puede ser fría...
A mí me encanta :$
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