499.- Libre

Me lo has quitado. ¿Por qué? Te gustó y te lo quedaste. Vale, no era mío, pero tampoco tuyo, y ni tú ni yo tenemos derecho a quedárnoslo. ¿Has pensado en cómo nos afecta a los demás que te lo lleves? No, ¿verdad? Sé que decirte esto no va a cambiar nada, no vas a dar tu brazo a torcer; te lo vas a quedar de todos modos... Pero quiero que sepas que no me gusta lo que estás haciendo. Aunque te dé lo mismo. A mí, no.

Cogió la puerta, y se marchó. Aunque no le hizo ni puñetero caso...


"Se me hace tan extraño ver a una persona como él solo... Es una persona genial, se merece a una tía increíble a su lado."
"Sí, la verdad es que es tío como pocos. Ya no quedan como él... Pero ya sabes como es. Su error, igual que el tuyo y el mío, es dejar espacio y capacidad de elección a quien tiene enfrente, si esque lo aprecia en algo. Por eso está solo. ¿O esque no te acuerdas de la noche de Vero?"
Claro que me acordaba... Ella estaba hablando con él y otro chico más, comentándoles que el chico que tenía detrás de ella, que estaba intentando ligarse a otra chica, le traía de cabeza, y él, a pesar de tener ganas de estar con ella, le preguntó si quería que se metiera en medio para que pudiera estar con el otro chico... Increíble.
Sí, posiblemente esa es la causa de que un tío como él, al que adoro, un chico que cualquier chica se moriría por sus huesos, divertido, listo... En fin, que lo tiene todo, esté solo. Porque cuando alguien se le cruza en su camino y le gusta, no lucha por esa persona, le deja elegir con todo el espacio que necesite.
A veces es una virtud, pero empiezo a mirarlo como una condena.
Cierto es que, cuando te eligen a ti, tienes la certeza de que esa persona ha llegado a ti por propia iniciativa, por decisión propia, porque lo ha elegido, porque quiere, sin ningún tipo de presión, y respiras tranquilo porque no hay remordimientos ni dudas.
Pero cuando no...

Pero como bien dijo alguien, "la libertad de uno mismo termina donde empieza la de los demás".

La Neka.