Pero al levantarme la camiseta del pijama delante del espejoy ver mi estómago plano, el dolor y el hambre me dan lo mismo. Se me dibuja una sonrisa en la cara, menos mal, se ven algunos resultados, aunque, no tanto como me gustaría...
Al ponerme la camiseta, incluso me sienta mejor.
Qué bien...
Y al sentarme en la mesa de la cocina y oler el café... Mmm... Qué hambre. Realmente necesito comer, me duele el estómago, y la verdad, todo lo que hay para desayunar, me apetece, tiene muy buena pinta y está muy rico. Quizás si como un poco, no pase nada... Pero es empezar a comer y... Esque tengo hambre; no como, devoro, no lo puedo evitar.
Pero luego... Me entran los remordimientos. He comido demasiado, y miro mi camiseta, y ya no me sienta tan bien.
Automáticamente, voy al baño como si fuera lo más natural del mundo y, sin pensármelo, hago algo de lo que no me siento orgullosa, pero es la única manera.
De momento, he engañado a mi estómago, la sensación de hambre ha desaparecido, aunque ya no haya nada en mi estómago. Ya vuelve a estar otra vez como me gusta, y la camiseta vuelve a sentarme mejor.

¿Por qué soy así? ¿Por qué no puede sentarme todo bien como a algunas? Ya sé que la perfección no existe, pero no quiero ser perfecta, sólo quiero mirarme en el espejo y gustarme, porque, lo que suelo ver reflejado en él cuando me miro, no me gusta. Eso no es querer ser perfecta. Sólo quiero gustarme.
Me lavo los dientes para evitar preguntas y discusiones.
No quiero que nadie lo sepa, no me apetece que me juzguen. No pueden entenderlo.
Además, quizás a la hora de comer no se repita, no tengo ningún problema, no estoy enferma, es sólo que quiero poder mirarme en el espejo. Es sólo algo temporal...