20 agosto 2011 | By: Denebola

Manipulando

No me considero para nada una persona racional. Al contrario, soy probablemente el ser más emocional que pobla la tierra, y también demasiado visceral. Si fuera un hombre sería el primero en saltar al escuchar esa famosa frase de "no hay huevos". De hecho, uno de ustedes me ha visto pasar de una sonrisa inmensa a enseñar dientes y uñas en cuestión de segundos.
Y me cuesta bastante controlar mis reacciones.
Se podría decir que entre lo que pasa dentro de mí y lo que se ve en la superficie, no hay mucha diferencia normalmente.
Sin embargo, hay determinadas actitudes que me resultan tan despreciables, que algo dentro de mí recurre a la racionalidad que duerme para plantarles cara.
Ya les hablé en una ocasión de lo que opino de las personas pusilánimes. Ésa es una de las actitudes que no soporto. Otra es la manipulación, el chantaje emocional.
Y me enciende por 2 motivos.
Uno, lo considero una forma más de mentira y engaño. Y es algo que no soporto. Decir y hacer cualquier cosa y a cualquier precio para conseguir un objetivo egoísta, no deja de parecerme tremendamente asqueroso. Jugar con los sentimientos, ilusiones y, en definitiva, con la gente, como si fueran marionetas, dice mucho de la persona que hace uso de este tipo de técnicas. Para empezar, que se considera intelectualmente superior, lo que me lleva a pensar que ahí subyace un complejo de inferioridad bastante grave. Y para seguir, que no se siente capaz de ir por la vida con la verdad por delante, que tiene algo que esconder o, al menos, de lo que avergonzarse, lo cual es bastante triste y bastante inmaduro, porque, en mi opinión, es sólo una manera de no afrontar responsabilidades ni lidiar con las consecuencias de sus propios actos.
De cualquier modo, nada permanece oculto debado de la alfombra eternamente, y como bien reza el dicho, "se pilla antes a un mentiroso que a un cojo".
Y dos, tristemente es algo bastante común en el sector femenino. Y puede que cuando la mujer estaba social y personalmente reprimida, fuera este comportamiento el único recurso del que disponían, pero me parece que hoy por hoy no tiene sentido. Que una mujer recurra a la manipulación para conseguir lo que quiere en lugar de su propio esfuerzo, me parece el peor calificativo que puede autoimponerse. Y lo peor de todo es que contribuye a alimentar el topicazo de que todas somos unas arpías manipuladoras.
Pues oigan, no, me cabrea sobremanera. Yo puedo ser una arpía, no lo negaré nunca, pero jamás manipuladora.
Y, todo este ladrillo, ¿por qué? Pues por una discusión muy reciente con alguien así. Lo más lógico en mí hubiera sido dejarme llevar por la discusión, encenderme por sus palabras y exponer mis argumentos. Pero no, todo eso no lleva a ningún sitio, salvo el que quiere esa persona, en realidad, lo mejor que se puede hacer con este tipo de gente es no seguirles el juego, porque, tomes el camino que tomes, terminan manejando la situación para obtener lo que quieren. Así que, cortar por lo sano, actuar en consecuencia con la opinión que se tiene y no dejar que te mangoneen, es la mejor opción.
Pero claro, aún me dura el cabreo. Es lo que tiene no haberse desahogado ni decir lo que se piensa.

2 comentarios:

Bea dijo...

Pues me repito mucho, pero no puedo estar más de acuerdo!!! Gente necia sin corazón!

Denebola dijo...

Sin corazón, sí, porque hay que despreciar mucho a los que tienes alrededor para no importarte su sufrimiento o sus sentimientos, pero necia... No estoy de acuerdo. Hay que ser muy listo para poder manipular. Y también muy soberbio para creer que nadie se dará cuenta...