Estoy hasta los mismísimos cojones. Sí, ya sé que no tengo, pues imagínense cuál es mi estado que hasta empiezo a metamorfosearme...
Y esque no soporto a esa clase de gente que no deja de lamentarse de lo débil que es y lo mal que lo pasan, cuando viven como Fary y su única diversión es joder y putear a quien tienen alrededor, que, por otra parte, son las únicas personas que las soportan (a veces por pena, otras porque no te queda otra opción).

Me enerva esa clase de gente que sólo ven los fallos en los demás y no son capaces de mirarse en el espejo porque son sencillamente perfectas.
Me sacan de mis casillas esas personas que piensan y actúan como si su tiempo fuera oro, pero el tiempo de los demás, no sólo no vale nada, sino que está a disposición de ellas para ser atendidas y servirle como si fueras su esclava, o algo parecido.
Estoy harta, hartísima, de escuchar siempre la misma jodida canción.
Y se me está acabando esta santa paciencia que no sé quién tuvo a bien regalarme. Lo malo de tener una paciencia tan grande es que cuando termina, has aguantado tanto, que te conviertes en una bestia parda que necesita echar bilis y fuego por la boca para volver a ser humano al cabo de las horas.
Básicamente ahora debo ser lo más parecido a un perro rabioso justo antes de avalanzarse sobre alguna presa...
1 comentarios:
:/
Hay puertas que jamás deben abrirse
Publicar un comentario