Creo que me estoy convirtiendo en gato... Sí, sí, en gato. Ga-to.
Entre mi admiración hipnótica por la luna, que parece ser que ronroneo (¿qué quieren que les diga? Yo no me oigo, pero si lo dice mi madre, amén), y esta predilección por el atún recién descubierta, el tema me está empezando a dar miedo.
De momento aún no me doy alergia a mí misma.
Pero a este paso, me veo vestida de cuero y paseando felinamente por las cornisas a lo Catwoman...
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