07 julio 2017 | By: Denebola

El mundo sigue poniéndote a prueba. ¿Podrás salir indemne de ella?

Tras una de las experiencias más subrealistas de mi vida, con mucha, mucha diferencia, puedo decir que, aunque tocada, he salido cuerda de ella.
Tampoco es que me considere una persona que encaje en la perfección en las etiquetas que, ya no sólo la sociedad, sino las propias palabras o mis propios conceptos, delimiten lo que se pueda parametrar como normal.
Pero lo que he pasado escapa incluso a mis peores pesadillas.
Anormal se queda corto.
Gracias al Cielo (ya que mi última y revolucionaria entrada iba sobre el Cielo y el Infierno), al Karma, o como puñetas quieran llamarlo, no estaba sola en mi anormalidad.
Varias personas, aunque no muchas, todo sea dicho, compartían mi tara mental.
O del tipo que fuese.
Cuando te enfrentas a un grupo que tiene poder sobre ti y que trata de meterte con calzador una serie de ideas, conceptos y corrientes que no cuadran con tu estructura ideológica, las cosas se complican. Pero hasta donde yo había experimentado, con seguirles la corriente y pasar por el aro fingiendo una total comprensión de su punto de vista, bastaba.
Ya no.
Debes adorarles como a dioses.
Perdón.
DIOSES.
El refrán de "coge fama y échate a dormir" se ha manifestado ante mí de un modo brutal. Dominación absoluta en una red escandalosa de fanatismo y captación que luego, nada te aporta en la vida real.
Pero no iban por ahí las aspiraciones de mi post.
Ante este panorama, las posibilidades de supervivencia eran... ¿Nulas?
Sobre todo la supervivencia moral, emocional y psicológica.
No sé ustedes, pero yo aprecio a mi persona con un fervor mucho mayor que a esos falsos dioses.
Para mí, ese pequeño reducto de rebeldes ha supuesto mi estabilidad personal durante un año. Si no hubiera sido por estas personas que, como yo, decían AMÉN públicamente y se echaban las manos a la cabeza internamente, preguntándose además cómo demonios iban a sobrevivir, mi yo no habría sobrevivido a este Deneberenjenal.
Como dice cierto GIF de whatsapp por ahí "encontrar amigos que compartan tu misma tara mental, no tiene precio".
Porque, para estas personas, nosotros no éramos la norma, éramos los tarados.
Bien, vale.
La norma o la tara es cuestión de puntos de vista, de dónde coloques el origen o punto cero a partir de dónde medir. La denominación es subjetiva, si yo soy una tarada, para mí lo son ellos.
En cierto modo tiene su aquél sentirse como Astérix contra los romanos (sí, teníamos a nuestro Obélix).
Mientras tengas una aldea, claro.
A ver qué haces sin Panorámix...
Yo sólo deseo que todo lo que he visto, y a todos los que he visto cómo comían el tarro... No pasen a formar parte de los que ahora son el grupo de presión y poder que he sufrido, o como en Economía solemos llamarlo, Stakeholders. Lo cual, me temo que será así...
De modo que, aun habiendo pasado las brasas del infierno... Voy a seguir formando parte de los que no son unos fariseos...
¡Válgame el cielo!
La que me espera.
Aunque si Astérix logró desquiciar al César...

No encuentro mejor vídeo para ilustrar la agonía que he sufrido que éste, mi querido James, Until it sleeps. siento repetirme. El siguiente simplemente me hace sentir como si estuviera subida a una colina y mirase a mi pasado... Y que el bajo está potente y me gusta verlo en el vídeo.
Disfruten, queridos.