11 noviembre 2015 | By: Denebola

Sombra aquí y sombra allá

La gente que se cruza conmigo, me encasilla como a alguien que no ha cruzado apenas la treintena.
Déjenme decirles que...
Me descojono ante esa reacción.
Internamente.
No hay NADA como el factor sorpresa.
Francamente, a los dieciocho o los veinte tenía su punto puñetero. Lo de ir a todas partes con el jodido DNI para que te dejaran entrar donde tus amigas entraban de calle incluso con dieciséis... Bueno, supongo que el Karma tiene su modo de compensar sus putadas.
Aunque, todo sea dicho, a mí no me ha importado mucho nunca quedarme fuera de las discotecas/pubs/lo que fuera, porque, a pesar de todo, tenía amigas que se apiadaban de mí y, a pesar de no poder entrar, me sacaban el litro de la guarrada de turno con alcohol y de hecho, era yo la que expandía sus horizontes sociales.
Hoy por hoy, con mis treinta y cinco años... Me importa muy poco la edad que los demás piensen que tengo. Aún menos que a os dieciséis.
Francamente, nunca he sido alguien que esconda su edad.
Pero no deja de ser gracioso como te juzgan los demás por tu apariencia. O por tu edad.
De hecho, mi "queridísimo amigo/vecino", el heavy que es un super guay y por el cual lloro, no por sus bóxers de los pitufos, sino porque escucha heavy, heavy de verdad, pero luego se cruza contigo en el ascensor y te dice 'chao' con un deje inconfundiblemente guay de gimnasio... Y me lo encuentro saliendo a las diez de la noche, saliendo con una niña lacoste y tommy hilfigher, de tacones infinitos...
Si esa mema supiera que probabemente mi ropa y mis tacones podrían pasarle por encima en cuanto a factura, si quisiera, pero que no me da la gana...
Si supiera que no soy la niña que ella cree que soy, a pesar de sus cremas y maquillajes de Dior....
Ay, las apariencias.
¿Qué coño le pasa al mundo?
Quiero decir... Sí, siempre habrá memos y memas (a pesar de que escuchen Iron Maiden o Scorpions). Pero, en serio, incluso mi vecina del segundo piensa que soy una estúpida veinteañera, algo que disto muchísimo de ser.
Si ella supiera que no, no lo soy, y que además escucho todas y cada una de las discusiones que tiene con su marido...
Lo que sí tengo claro es que, si yo estuviera casada y me vieran con mi flamante pareja, nadie, absolutamente nadie, ni el heavy memo, ni la nena lacoste, ni la vecina estúpida... Pensarían que podrían pasarme por encima.
Una lástima que las apariencias engañen.
O que piensen que necesito a un hombre a mi lado para protegerme de la gente mala.
Nunca me ha gustado que toquen los cojones.
Ni siquiera si no tengo de eso.
Así me va con mis vecinos, que se encuentran con lo que no se esperan...