Podría torear el asunto y hablar del futuro en lugar del pasado, pero no me apetece construir castillos de naipes. Suelen desmoronarse.
No les voy a mentir, soy una persona que se alimenta del pasado. En realidad creo que todos deberíamos tenerlo en cuenta, ya que olvidar lo que has pasado te impide caminar hacia adelante y crecer personalmente, o así lo veo yo.
Pero, francamente, no soy alguien a quien le guste enumerar sucesos y mantenerlos en el disco duro de mi memoria como si fuesen datos grabados a fuego. No, tampoco. Prefiero mantener vivas las sensaciones y sentimientos que han despertado en mi interior los sucesos ocurridos mientras merezca la pena, eso es todo.
Y si les soy sincera, este 2012 para mí ha sido uno más.
Un maldito paso más, no muy grande, en mi largo camino.
Satisfactorio, en términos generales, pero nada fácil. Y no, no voy a hablarles de la crisis, ni voy a llorarles por las cifras de paro, desahucios, manifestaciones, recortes y pérdida de derechos fundamentales. No, me niego, ya he tenido suficiente de todo esto a lo largo del año, no pienso terminarlo hablando de lo mismo.
Hablo en términos personales.
Si al final del año, haya sido malo o bueno, te encuentras con que no has avanzado nada, algo has hecho mal. De eso se trata lo de despedir el año, una fecha aleatoria que marca un principio y un fin, y que tiene que servirnos como alerta o simplemente para pararnos unos segundos, mirar hacia atrás y mirar si hemos caminado algo. Aunque sea poco. Y hacia dónde. Perspectiva, vamos.
A mí me gusta compararlo con el ejercicio contable. Cerrar cuentas, ver el Balance de Situación y observar si nuestro patrimonio ha aumentado o no. ¿Sí? Perfecto, vas por buen camino. ¿No? Reacciona o terminarás en la ruina. Por supuesto, hablo de una comparación con nuestro yo inmaterial.
Sé que peco de repelente. Gajes del oficio. La Economía puede compararse y aplicarse a infinidad de cosas. Se aguantan, este post lo escribo yo.
En fin, lo único que deseo es que este año no haya sido un desperdicio para ustedes (para mí no lo ha sido, para el Sr Miedo, ni de lejos, y sé positivamente que para el Playmobil tampoco), que cuando se levanten mañana, a pesar de la resaca, miren hacia atrás y piensen "he estado jodido, pero no lo he hecho del todo mal", como mínimo. Que el año que viene sea aún mejor (eso se me antoja fácil, no sé por qué) y, sin caer en los típicos tópicos de final de año, me hagan el favor de intentar ser felices.
Sé que todos van a entrar en el 2013 con buen pie, una copa de cava en la mano es empezarlo bien, pero recuerden que les quedan muchos pasitos por delante. Que sean seguros y decididos, y sobre todo hacia adelante, aunque sean cortos.
Y aunque sea un número jodidamente horrendo: