27 marzo 2010 | By: Denebola

Anormales de la noche maña

Realmente no debería haber salido. Pero no estoy bien, no estoy donde debería estar, y tener a mi angelito cerca me hace sentir bien; aunque le haya contado algo, no sabe lo realmente jodida que estoy. Tampoco quiero que lo sepa. A mí me hace sentir mejor cuando piensa que mi daño cerebral no es preocupante...
Y por alguna razón hoy he sido inmune al alcohol. Cosa que agradezco.
Sin tener intención, me he visto en el bar de siempre, con amigas de amigas, y bastante a gusto. Me gusta ir a ver a Eric, nos trata bien, le gusta tomarme el pelo, quizás porque soy peor que él y mi angelito y yo somos un paréntesis entre tanto borracho. Siempre nos ha tratado bien, incluso antes de saber que era el primo de una amiga.
Sinceramente, no me importaría tenerlo de cuñado, aunque opino que mi hermana tendría demasiada suerte... Le gusta quedarse hablando con nosotras, y a nosotras con él, y cuando ha visto algún brasas tocándonos las narices, tiempo le ha faltado para quitárnoslo de encima.
Lo adoro, es un crío encantador. Igual que Diego.
Si mi hermana no fuera como es, ojalá tuviera un harén y los tuviera como maridos a los 2.
Hay gente que, aunque no los conozcas de verdad, los adoras.
Claro, que también hay gente que sin conocerla, te produce el efecto contrario.
Entre Eric, y el novio de su prima, que iba como un piojo, me he reído lo poco que he podido pasármelo bien esta noche. El pobre chico, llevaba bebiendo desde las 3 de la tarde porque hoy iba a conocer a sus suegros, y quería estar de lo más dócil y no sentir absolutamente nada. No me extraña, creo que su técnica es genial, si alún día me toca, probablemente adopte esa misma técnica, pero, sinceramente, eso debería hacerlo para aguantar a su novia, la prima de Eric. Da más miedo que sus padres.
El pobre novio es una persona encantadora. Hasta que he conocido a uno de sus mejores amigos. Mientras trataba de buscar un adjetivo no demasiado hardcore para un amigo común, por la borrachera que llevaba a la espalda, tiempo le ha faltado al elemento en cuestión para llamarme retrasada mental.
-"Córtate, que conozco esa mirada, y no me gusta nada. Es amigo del novio de Diana (los nombres de mis amigas estás repes, qué vamos a hacerle...), relájate", mi mirada y mi sonrisa cínica se lo decían todo. ¿Se quería reír? Nos íbamos a reír todos.
-"¿Sabes una cosa? Estaba buscando un adjetivo adecuado. Siempre es mejor parecer retrasado mental, que confirmarlo. A veces, callarse y tomarse su tiempo no revela incapacidad mental, sólo revela inteligencia, cosa que veo que a ti te falta, sino, te habrías callado. ¿O te piensas que por ser mujer soy imbécil? No más que tú, por lo que veo..." Eso, adornado de una sonrisa invitándole a seguir, ha provocado el descojone colectivo, sobre todo porque no ha podido. No sé muy bien qué le ha jodido más, si que una mujer le haya dejado sin respuesta, o que sus propios amigos se le rieran en la cara.
Cuando mi angelito y yo habíamos empezado a andar, me ha comentado que ese mismo andrógino personaje fue el que le calló la boca a la bocazas de mi amiga la química, con una beca "X", físico cuántico, trabajando para la NASA y mil movidas por el estilo.
Me parece estupendo.
Se puede ser un lumbreras, y un gilipollas con muy pocas aptitudes sociales.
Y pensar que todas las mujeres somos subnormales, craso error... Se fue a topar con la menos indicada. Yo. Y estaba de mala leche.
Hay quien no distingue entre la inteligencia teórica y la inteligencia social.
Y éste no ha sido el único subnormal que me he cruzado esta noche...
Y luego me preguntan si no hay ningún hombre en la noche maña... Para muestra, un botón. Licenciado en física cuántica y trabajando para la NASA... Pero un gilipollas. Y como ése, millones.
Aaaaaaaaaaaay, qué harta estoy de anormales...